miércoles, 25 de noviembre de 2009

Memoria Viernes 20 de Noviembre

En la memoria del viernes 20 de noviembre hemos estado debatiendo sobre los puntos a través de los cuales vamos a basar el enfoque principal de nuestro trabajo, todo esto a través de una serie de preguntas:


¿Qué buscamos?


Fundamentalmente, la nueva historia política de la Inglaterra moderna es bastante desconocida, desde Isabel I, el único estudiado mas profundamente es Enrique VII y los estudios que hay son en inglés, por lo que nos dificulta a nosotros su estudio, además de que hay muchos hispanistas ingleses que solo se preocupan por otro tipo de historia.. Por ello nos interesa este tema para que los compañeros se interesen por los orígenes de la política actual.


En cuanto a la estructura, el porque de esta estructura.


Nos hemos basado en la política queriendo dar una explicación de la nueva historia política porque gracias a eso podemos entender cómo es la historia política actual.


¿Cómo hemos empezado a buscar?


Desde el principio hemos tenido claro que para poder abarcar este tema teníamos que realizar una búsqueda generalizada, buscando libros que hablasen de la historia de Inglaterra, libros que hablasen de política muy superficialmente, y una vez recopilada la información hemos seleccionado los libros que nos parecían más adecuados para el tema sobre el que nos queremos centrar.

Pero no solo nos hemos basado en libros, en nuestra búsqueda también hemos ampliado nuestra información con muchos datos en paginas web con contenido verídico, pues no todo lo que hay en Internet es verdadero y es necesario hacer una selección sobre lo que es falso y lo que es verdadero, así pues hemos encontrado por ejemplo en wikipedia inglesa, que es mucho mas fiable que la española, muchos datos sobre como se relaciona los acontecimientos históricos, como guerras, tratados de paz, con la forma de gobierno de cada rey.


Respecto de trabajo hecho por cada uno, continuamos con la bibligrafía recomendada, y dispongo a mostrar algunos artículos realizados por los miembros del grupo:


wwwHistoria de Inglaterra (André Maurois) - Instituciones

Inglaterra, al contrario que Francia, con una jerarquía de funcionarios dependientes del poder central y pagadas por él, se centra en instituciones locales administradas por voluntarios. Enrique VII se sirve de lo ya existente, y resuelve los nuevos problemas haciendo un llamamiento a organismos antiguos. En el campo impera la asamblea parroquial, algo parecida al folkmoot sajón. En el XIII los párrocos habían logrado con ella financiar a las iglesias (reparaciones, compra de libros…), primeros adquiridos previo descontado del diezmo.

Para administrar la riqueza, los feligreses nombraron representantes. El churchwarden o mayordomo, el guardián legal de los bienes parroquiales, compraba la vajilla de culto, el vino para la misa, adornos sacerdotales, uniforme para el bedeau (bedel, encargado de echar a perros y borrachos de la iglesia a bastonazos)… El sexton (sacristán) cavaba las tumbas, limpiaba la iglesia, encendía el fuego… El clérigo llevaba las cuentas y tocaba la campana. La renta provenía de tierras o rebaños, propiedad de la Iglesia, y del chuarchrate (tributo eclesiástico), proporcional a la riqueza individual.

La parroquia fue adoptada por los Tudor como solución al creciente problema de la pobreza. Cada año, por Pascua, la parroquia nombraba a cuatro “vigilantes de los pobres” que recibían las limosnas, necesarias (podían conllevar toque de atención del obispado a cárcel) y consecuentes a cada uno. Con el aumento de los pobres, fue estrictamente obligatoria.

Cada parroquia se responsabilizaba de sus pobres: estaba prohibido vagabundear entre aldeas, y dar limosna a un vagabundo estaba prohibido bajo castigo de azote o una V marcada a hierro en la espalda ante reincidencias, llegando a la muerte. El rigue, vagabundo peligroso, se marcaba con una R; si sabía leer, se hacía en el pulgar al reclamar el “beneficio de clerecía”. Tras estas medidas, se enviaban a la parroquia natal, con tiempo máximo para llegar.

El encargado en cada parroquia de detener y castigar vagabundos, de parar peleas… de hacer respetar la “paz del Rey” era el petty constable (pequeño condestable), cargo creado en el XIII por Eduardo I. Era una especie de policía voluntario. Pasaba un año penoso: si el vagabundo era detenido por otra persona, pagaba multa por negligencia; si arrestaba, la cárcel era la casa del malhechor hasta llevarlo al tribunal del condado. Él colocaba el stock (picota) a los aldeanos culpables de pequeños delitos. Al condestable debía ayudar al siguiente, novato, en su labor. Hubo abusos y tiranías, pero estabilidad.

Los yeomen (pequeños propietarios) cumplían la función de constable o participar en juicios; el squire (o gentleman) debía aceptar las funciones del Juez de Paz, nombrado por el Rey y revocable a su gusto. Lazo entre parroquia y condado. En parroquia era el más importante, al poseer señorío o castillo. Se reunía cuatro veces al año con sus colegas en la capital del condado (quarter sessions) para juzgar asuntos jurídicos o administrativos.

El juez conciliador logró acabar con la anarquía que residía en la campiña inglesa hasta el siglo XVI. Es a la vez agente del poder central y local independiente del gobierno. Desempeña funciones de actuales funcionarios, con conocimiento práctico de la administración de su territorio concreto. Representa a la administración inglesa del momento, entre el feudalismo moribundo y la burocracia naciente.

Al principio, se cuenta únicamente con seis jueces por condado (llegando a 39 en 1635), con un sueldo de cuatro chelines diarios. Ante casos que exigían una investigación, se nombraban dos jueces, vigiándose mutuamente. Por encima de ellos estaba el High Sheriff del condado, uno al año. Los delitos veniales eran juzgados por las Petty Sessions (pequeñas sesiones), compuestas sólo por los Jueces de Paz. A pesar de su duro trabajo, el Juez de Paz era un cargo solicitado. La justicia dependía de su eficacia, pero parece que fueron buenos en sus cargos.

En el centro de cada pueblo estaba la casa del squire, y también la del Juez de Paz, de piedra gris y rodeada de jardines cerrados por un muro. La iglesia solía estar en este parque; alrededor las casas y en la periferia las tierras que el constable debe vigilar. Durante la semana, todos trabajan (no hacerlo es delito), y el domingo practican el tiro con arco, vigilando el constable que no se realice otra actividad ilegal. También se frecuenta la cervecería (ale house). Ir el domingo a la iglesia es obligatorio, bajo multa a favor de los pobres. Era delito también insultar a las ancianas y llamar bruja a una mujer; en muchas ocasiones los jueces ignoraban estas denuncias.

Dado el control, nadie se atreve a abandonar su parroquia sin razón válida y legal. Los cómicos ambulantes no pueden circular sin un permiso firmado por dos Jueces de Paz; sin él, son azotados y marcados cual vagabundos. Los universitarios necesitan un pase firmado por su Colegio. Todo este trabajo hace que los habitantes estén tan ocupados que no puedan pensar en otra cosa que en trabajar.

Se nota ya una centralización paulatina. El Rey proclama los nuevos edictos, desde el púlpito o en la cruz del mercado. Los yeomen se dirigen a la ciudad para sesiones trimestrales; los jueces reciben sus misiones directamente del Rey, el lord lugarteniente va a Londres a conocer a los ministros…


Realizado por Jorge Ballesteros, con el libro:


Maurois, André: Historia de Inglaterra. Barcelona, Ariel, 2007.


Carlos ha estado trabajando sobre la vida de Tomás Moro, del que tenemos un resumen de su biografía:


www

TOMAS MORO (1478-1535)


Nació en Londres (Inglaterra) el 7 de febrero de 1478, hijo de John More, mayordomo del Lincoln's Inn, jurista y posteriormente nombrado caballero y juez de la curia real. En 1486, tras cinco años de enseñanza primaria en el Saint Anthony School,, además de la única gratuita, fue conducido según la costumbre entre las buenas familias al Palacio de Lambeth, donde sirvió como paje del cardenal John Morton, arzobispo de Canterbury y lord canciller de Inglaterra.

Con catorce años, Tomás Moro ingresa en 1492 en el Canterbury College de la Universidad de Oxford, donde pasa dos años estudiando la doctrina escolástica que ahí se impartía y perfeccionando su retórica. Sin embargo, Moro se marchó de Oxford dos años después sin graduarse y en 1494 se dedicó a estudiar leyes en el New Inn de Londres y posteriormente en el Lincoln's Inn, institución en la que había trabajado su padre. Posiblemente durante esta época aprendió el francés necesario tanto para las cortes de justicia inglesas como para el trabajo diplomático, uniéndose este idioma al inglés y latín ya aprendidos durante sus estudios primarios.

En torno a 1497, comienza a escribir poesías, con una ironía que le valió cierta fama y reconocimiento. En esta época tiene sus primeros encuentros con los precursores del Renacimiento, conociendo a Erasmo de Rotterdam, con quien entablaría amistad, y a John Skelton.

Hacia 1501 ingresó en la Tercera orden de San Francisco, viviendo como laico en un convento cartujo hasta 1504. Allí se dedicaría al estudio religioso y alrededor de 1501 traduciría epigramas griegos al latín y comentaría De civitate Dei, de San Agustín. A través de los humanistas ingleses tiene contacto con Italia. Tras realizar una traducción (publicada en 1510) de una biografía de Giovanni Pico della Mirandola escrita por su sobrino Gianfrancesco, quedó prendado del sentimiento de la obra que adoptó para sí, y que marcaría definitivamente el curso de su vida.

Al abandonar la Orden de los Cartujos, en 1505, contrae matrimonio con Jane Colt y ese mismo año nace su hija Margaret, quien sería su discípulo. Habiendo abandonado la Orden de los Cartujos, recibido en leyes, ejerce como abogado con éxito, en parte gracias a su preocupación por la justicia y la equidad; más tarde sería juez de pleitos civiles y profesor de Derecho.

En 1506 traduce al latín Luciano en compañía de Erasmo. Un año más tarde nace Cecily, su tercera hija. Tomás Moro es pensionado y mayordomo en el Lincoln's Inn, donde realiza conferencias entre 1511 y 1516. En 1509 nace su hijo John. Moro participa en gestiones entre grandes compañías de Londres y Amberes. Ese mismo año escribe poemas para la coronación de Enrique VIII. En 1510 es nombrado miembro del parlamento y vicesheriff de Londres. Un año más tarde muere su esposa Jane y se casa con Alice Middleton, viuda siete años mayor que Moro y con una hija, Alice.

En 1515 es envíado a una embajada comercial en Flandes. Ese año escribe el libro segundo de Utopía. Un año más tarde escribe el libro primero de Utopía y la obra completa es publicada en Lovaina. En 1517 es enviado a Calais para resolver problemas mercantiles. Es nombrado master of requests y miembro del Consejo Real. En 1520 ayuda a Enrique VIII a escribir Asertio septem sacramentorum. Moro es hecho caballero y vicetesorero. Ese mismo año su hija Margaret se casa con William Roper, quien sería el primer biógrafo de Tomás Moro.

En 1524 es nombrado Administrador de la Universidad de Oxford, en 1525 Administrador de la Universidad de Cambridge y Canciller de Lancaster. Traslada su residencia a Chelsea y escribe carta a Iohannis Bugenhagen defendiendo la supremacía papal. En 1528 el obispo de Londres le permite leer libros heréticos para refutarlos.

En 1530 no firma la carta de nobles y prelados que solicita del papa la anulación del matrimonio real. En 1532 renuncia a su cargo de canciller. En 1534 se niega a firmar el Acta de Supremacía que representa repudio a la supremacía papal. El Acta establece condena a quienes no la acepten y el 17 de abril del mismo año es encarcelado. Un año más tarde es decapitado, el 6 de julio de 1535.

Miembro del Parlamento desde 1504, fue elegido juez y subprefecto en la ciudad de Londres y se opuso a algunas medidas de Enrique VIII. Con la llegada de Enrique VIII, protector del humanismo y de las ciencias, Moro entró al servicio del Rey y se convirtió en miembro de su Consejo Privado.

Moro viajó por Europa, y recibió la influencia de distintas universidades. Desde allí escribió un poema dedicado al rey, que acababa de tomar posesión de su trono. La obra llegó a manos del rey, que hizo llamarlo, naciendo a partir de entonces entre ambos una amistad. Enrique VIII se sirvió de su diplomacia y tacto confiándole algunas misiones diplomáticas en países europeos; más tarde lo nombró para varios cargos menores (tesorero, etc.), y por fin Lord Canciller, en 1529. Fue el primer Canciller laico después de varios siglos.

En 1521 fue condecorado con el título de knygh. En 1524 fue nombrado High Steward (censor y patrón) de la Universidad de Oxford, de la que había sido alumno. En 1525 fue nombado también High Steward de la Universidad de Cambridge.

Condena y muerte

El Rey Enrique VIII se enemistó con Tomás Moro cuando quiso divorciarse de su esposa Catalina de Aragón y Tomás, como Canciller, no lo aprobó. Enrique VIII había pedido al Papa la concesión del divorcio y la negativa de éste supuso la ruptura de la Iglesia de Inglaterra con la Iglesia Católica de Roma.

El rey insistió en obtener su divorcio eclesiástico, como medio para acallar sus devaneos de alcoba, de los que había murmuraciones por la Corte, y por las que el rey se sentía molesto. El divorcio hubiese borrado la infidelidad, y todo hubiese quedado en un asunto intrascendente.

Las sucesivas negativas de Tomás Moro a aceptar algunos de los deseos del rey, acabaron por provocar el rencor de Enrique VIII, que acabó encarcelando a Tomás Moro en la Torre de Londres, tras la negativa de éste a aceptar el juramento que reconocía a Enrique VIII como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra, tras la ruptura con Roma.

Finalmente el rey, enojado, mandó juzgar a Moro, quien en un juicio sumario fue acusado de alta traición y condenado a muerte (ya había sido condenado a cadena perpetua anteriormente). Otros dirigentes europeos como el Papa o el emperador Carlos V, quien veía en él al mejor pensador del momento, presionaron para que se le perdonara la vida, y se la conmutara por cadena perpetua o destierro, pero no sirvió de nada y fue decapitado una semana después, el 6 de julio de 1535.

Mantuvo hasta el final su sentido del humor, confiando plenamente en el Dios misericordioso que le recibiría al cruzar el umbral de la muerte. Mientras subía al cadalso se dirigió al verdugo en estos términos: «¿Puede ayudarme a subir?, porque para bajar, ya sabré valérmelas por mí mismo». Luego, al arrodillarse dijo: «Fíjese que mi barba ha crecido en la cárcel; es decir, ella no ha sido desobediente al rey, por lo tanto no hay por qué cortarla. Permítame que la aparte». Finalmente, ya apartando su ironía, se dirigió a los presentes: (Muero siendo el buen siervo del Rey, pero primero de Dios).

Moro no fue el único que estuvo en la encrucijada de si debía seguir al Rey Enrique VIII o a la Iglesia Romana. El por entonces recién nombrado cardenal Juan Fisher también pasó por el mismo trance; Enrique VIII le mandó el capelo cardenalicio cuando Fisher estaba en prisión, y fue también ejecutado.

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