miércoles, 23 de diciembre de 2009

Ana Bolena, ascenso y caída de una nueva reina

Ana nace, según se cree últimamente en 1501, hija de sir Thomas Bolena, futuro conde de Ormonde y Wiltshire. De su infancia nos ha llegado una información relativamente escasa (de hecho aún hoy se tienen dudas acerca de su fecha de nacimiento así como la de su hermana María). Su padre era diplomático y fue enviado por Enrique VII de Inglaterra a numerosas embajadas, como a Austria. Ana pues, sería educada en ambientes cortesanos y refinados, en el de Margarita de Austria y en el de Luis XII y Francisco I, llegando a ser dama de honor de Claudia de Francia, hija mayor de Luis XII. En estos ambientes, adquirió una sólida formación cultural, aunque se la conoció más por su vida un tanto licenciosa… .
Cuando ya era una mujer joven, regresaría a Inglaterra, partiendo de Calais en enero de 1525 e instalándose en la corte de Enrique VIII (hay que recordar que su padre llegó a ser favorito del anterior monarca inglés, Enrique VII). Una Vez allí, llamó poderosamente la atención del rey, debido a sus conocimientos y nivel cultural (sabía francés, latín, música, poesía) así como por su belleza. Poco a poco, fue calando en el corazón del rey y este le declararía su amor en 1526… .
Sin embargo, Ana no deseaba ser una concubina más de Enrique (“una de tantas”), sino que en secreto, aspiraba a suplantar a la reina consorte: Catalina de Aragón. El rey la deseaba, pero ella, pese a dejarse que querer, constantemente le negaba debido a los motivos ya citados. Su ambición y sed de poder parecía insaciable. Pese a todo, pronto se convertirán en amantes y hacia 1528, Ana ejercía el papel de reina, relegando a Catalina a un humillante segundo plano, sentándose en los banquetes reales y luciendo espléndidas joyas y vestidos. Ambos tenían intenciones verdaderas de casarse... .
Mas pronto empezarán los primeros problemas legales, ya que el Papa Clemente VII se oponía a firmar la nulidad del matrimonio entre Enrique y Catalina. De este modo, empezaría a surgir una alternativa a este plan: si el Papa no firmaba la nulidad, habría que anular la autoridad del Papa en Inglaterra… . Este hecho se vería refrendado además por las fervientes creencias de Ana Bolena en la fe luterana, siendo una decidida seguidora suya. De este modo, surgirán divisiones en la nobleza inglesa, surgiendo rivalidades entre los partidarios a secas del rey, los de Catalina de Aragón o el incipiente bando de los Bolena, que iniciaban su rápido ascenso al poder. Debido a su rivalidad con Ana, el cardenal Wolsey era destituido en 1529, ya que estaba totalmente en contra de la nulidad del matrimonio entre el rey y Catalina. Su puesto lo ocuparía Thomas Cranmer, principal figura política de Inglaterra del período correspondido hasta la llegada al poder de María Tudor. Se le nombró nuevo arzobispo de Cantérbury (su consagración como tal tendría lugar el 30 de marzo de 1533), pero a cambio, habría de ocuparse del divorcio legal de Enrique y Catalina, así como de poner en marcha un mecanismo judicial que lo hiciera posible.
El 25 de enero de 1533, Enrique y Ana se casan en secreto en Londres. De este modo, de modo oficioso, Ana ya era reina de Inglaterra, pero en abril de ese mismo año, el Parlamento aprobaba el Acta de Restricción de Apelaciones, por lo que el Papa quedaba desautorizado a juzgar en el caso de la pretendida nulidad del matrimonio entre Enrique y Catalina. Toda esta obra jurídica había sido obra del arzobispo Cranmer, que el 23 de mayo de 1533 declara la nulidad del citado matrimonio y el 28 de mayo declara legítimo el contraído en enero de ese mismo año por Enrique VIII y Ana Bolena. Tres días después, Ana sería coronada en Londres como nueva reina consorte de Inglaterra en Londres, en medio de grandes fastos. Sobre ella recaía la esperanza de engendrar un heredero varón… . Pese a ello, Ana ya ejercía como reina, como así lo atestigua el viaje que hizo con Enrique VIII a Francia para visitar al rey Francisco I, luciendo en el las joyas de la reina de Inglaterra, que habían sido previamente arrebatadas por la fuerza a su legítima poseedora, Catalina de Aragón, cuyo ostrascismo alcanzaba ya cotas ciertamente degradantes. Además, gracias a la labor de Ana, la reforma protestante va calando poco a poco en Inglaterra, básicamente en Londres y en el sudeste, ya que en un principio, habrá territorios que seguirán siendo mayoritariamente católicos incluso hasta el reinado de Isabel I, como la norteña región de Northumberland.
Hacia agosto de 1533, Ana se encontraba ya en un período avanzado de su primer embarazo, y he aquí las primeras rencillas entre los esposos, ya que como era costumbre cuando la reina estaba embarazada, el rey se entretenía con otras mujeres. Ana le reprenderá gravemente, a lo que Enrique contestará que si él ha sido capaz de hacerla reina, en pocos días puede despojarla de tal condición. El 7 de septiembre de 1533 nace la futura Isabel I, pero al no haber concebido varón, la relación no mejora. Según un embajador veneciano de la época en Londres, el rey estaba hastiado de su esposa… .
Al mismo tiempo, el proceso de desligamiento de la Iglesia de Inglaterra con respecto al Papa de Roma prosigue su camino, aprobándose en noviembre de 1534 el Acta de Supremacía, por el cual el rey sería la cabeza de la Iglesia de Inglaterra: la Iglesia Anglicana. Los vínculos con Roma se cortaban definitivamente y la hija de Enrique y Ana, Isabel, era nombrada heredera al trono de Inglaterra, apartando de la sucesión a María (hija de Catalina), que fue forzada por Enrique a admitir su ilegitimidad. Todo aquel que no aceptase, firmase o jurase estas nuevas disposiciones corría el severo riesgo de perder su vida… como demostró Tomás Moro.
Así pues, se podría decir que el trabajo más difícil estaba completado… pero el matrimonio no funcionaba. Ana no concebía hijos varones, y por si fuera poco, sufría un aborto en 1535. Por aquel entonces, Enrique VIII, cansado de Ana, iniciaba un nuevo romance, esta vez con Jane Seymour. Pero Ana Bolena no solo le llegó a resultar molesta a causa de motivos personales (el heredero varón, sus discusiones etc.), sino también por causas políticas. El primer ministro, Thomas Cromwell, persuadió a Enrique VIII de que iniciara un acercamiento diplomático al emperador Carlos V, cuya hegemonía en Europa era incontestable, y sus dominios flamencos y borgoñones podrían resultar una amenaza para Inglaterra. Pero Ana, su pasado y sus fuertes creencias protestantes eran un obstáculo en este nuevo juego de alianzas, así como el hecho de que la marginada y humillada Catalina de Aragón fuese nada menos que tía de Carlos. De este modo, Cromwell, acérrimo enemigo de Ana Bolena, comenzó a preparar el terreno… .
Hacia 1536, Ana estaba de nuevo embarazada, y el 30 de abril de ese mismo año Thomas Cromwell le presentó al rey supuestas pruebas irrefutables de que su esposa había seducido a varios miembros del Consejo Privado de Enrique. Es más, mediante 22 acusaciones (las cuales hoy están consideradas como infundadas) convenció al rey de que Ana incluso planeaba asesinarle para instalarse como regente en el trono de Inglaterra, que posteriormente sería teóricamente ocupado por el ser que guardaba en su vientre.
Si bien es cierto que las 22 acusaciones muy probablemente sean falsas en su mayoría, así como su teórico objetivo (regicidio), también se difundió la imagen de Ana como la de una mujer frívola, amante de galanteos y de compañías masculinas, que tuvo como consecuencia que muchos en la corte y en el Parlamento la encontraran culpable de las acusaciones vertidas contra ella. El rey, de una forma o de otra también lo creyó así.
De este modo, un tribunal presidido por su tío el duque de Norfolk, y donde también participaba su padre o John Parnell la condenó a muerte. Ana será decapitada en Londres el 19 de mayo de 1536. Apenas diez días después, Enrique VIII se casaba con su tercera esposa, Jane Seymour, que le daría su único y ansiado aunque malogrado hijo varón: el futuro Eduardo VI. Todavía le quedaría tiempo a Enrique de volver a casarse otras tres veces, pero sin mayor éxito. A Eduardo VI le sucedería durante 9 días Jane Grey (sobrina protestante de Enrique VIII), la cual sería expulsada del trono por la católica hija de Enrique y Catalina, María Tudor, anteriormente declarada ilegítima. Y cuando muera en 1558, el fruto de la unión entre Enrique VIII y Ana Bolena reinará durante nada menos que 45 años: Isabel I.


-Revista "National Geographic Historia", nº73, Antonio Fernández Luzón
-www.wikipedia.org (versión inglesa)
-"Tudor England", John Guy, Oxford University Press, Oxford 1988


-Juan Antonio Parejo Delgado

Apuntes de los días 17 y 18 de diciembre

Astronomía y Física:

Hasta el siglo XVI, se aceptó la cosmología aristotélica: se concebía la tierra como centro del universo, en torno a la que todos los astros giraban: el llamado geocentrismo (del griego “geo” tierra).
Durante la Edad Moderna va a tener lugar la llamada Revolución Científica, de punto álgido en la astronomía y la física: se va a desmantelar la creencia anterior de la tierra como punto central del universo y de la Creación, produciendo una crisis ideológica que abrirá paso al siglo de las luces, el siglo XVIII. Los responsables son diversos autores responsables a continuación uno por uno comentados:

Nicolás Copérnico:


1473 – 1543. Polaco de origen, estudió Matemáticas en la Universidad de Cracovia, y Derecho, Medicina, Griego y Filosofía en la Universidad de Bolonia, donde además fue asistente del astrónomo Domenico da Novara. Cursó astronomía en París ya a inicios del siglo XVI.
Su teoría establecía el heliocentrismo (de “helios”, sol en griego; la tierra gira en torno al sol), pero no fue el primero en enunciarlo, sino que ya hubo precedentes en la Antigüedad, entre los que destaca Anaximandro de Samos (del siglo III a.C. y no mencionado en su obra). Su obra De revolutionibus orbium coelestium (que significa “de las revoluciones de las esferas celestes”) se considera como uno punto de despegue de la Revolución Científica, llegada a veces a ser denominada “revolución copernicana”.
Según Copérnico, el sol se encuentra cerca del centro del Universo, y orbitando en torno a él se encuentran Mercurio, Venus, la Tierra y la Luna, Marte, Júpiter y Saturno, en ese orden. A su vez, los planetas poseen un movimiento retrógrado, influenciado por el de la Tierra, que tiene tres: la rotación diaria, la revolución anual, y la inclinación anual de su eje. Explicaba las estrellas como elementos fijos del universo e inamovibles.
No obstante, junto a estas ideas rupturistas, prosiguió con ideas conservadoras en matemáticas.

Johannes Kepler:


1571 – 1630. Nacido en Weil der Stadt, Baden-Wurtemberg, en una familia protestante alemana. Era de salud muy frágil. Se interesó tempranamente por la astronomía, a la que dotó de gran importancia durante sus estudios teológicos y civiles. Escribió Astronomía Nova, donde rompe con la circularidad de la trayectoria de los planetas y enuncia que se mueven en elipses. Enunció tres leyes explicando el movimiento de los planetas:
• Primera ley: Los planetas se desplazan alrededor del Sol describiendo órbitas elípticas.
• Segunda ley: El radio vector que une el planeta y el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales.
• Tercera ley: El cuadrado del período orbital (tiempo en dar una vuelta alrededor del Sol) de un planeta es directamente proporcional al cubo de la distancia media con el Sol.
Las dos primeras aparecen enunciadas en Astronomia Nova (1609), demorándose la tercera hasta 1618. Fueron corroboradas por Albert Einstein tres siglos después.
También trató aspectos de la gravitación universal, siendo un precedente de Newton.

Tycho Brahe:

1546 – 1601. Astrónomo danés natural de Escania (actual Suecia). Fue el último observador de los planetas antes de la mejora del telescopio, describiendo sus órbitas minuciosamente. Sus estudios fueron heredados por Kepler, puesto que eran conocidos y colaboradores.
Defendió un término medio entre geocentrismo y heliocentrismo: el Sol y la Luna giraban alrededor de la tierra, mientras que el resto de planetas giraban alrededor del Sol. Si la tierra no estuviera quieta, se deberían apreciar los movimientos aparentes de las estrellas.

Galileo Galilei:

1564 – 1642. Nacido en Pisa, actual Italia. Fue un gran erudito; además de astrónomo, filósofo, matemático y físico. Destaca en el campo de la astronomía no por inventar el telescopio, sino por construir uno notablemente mejor. El primero de unos sesenta lo realiza en 1609, contemporáneo a la publicación de la obra de Kepler. Reconoció la ineficacia de muchos de ellos, corroborada por Kepler.
Halló diversos descubrimientos de nuevas estrellas y cuerpos celestes. Con todos sus hallazgos, llegó a la conclusión de que las órbitas de cristal de Aristóteles no existen y todos los cuerpos no giran alrededor de la Tierra, sino alrededor del Sol, llegando a corregir a los copernicanos en que no todos los cuerpos celestes giran alrededor del Sol, sino que también alrededor de algunos planetas, siendo el más claro y cercano ejemplo la Luna.
Esta teoría le enfrentó a los astrónomos de la Iglesia, siendo radicalmente condenado por el Papa Urbano VIII y demás autoridades religiosas y civiles, por lo que hubo de retractarse de sus escritos. Frente a este clima pro-heliocentrista, la Iglesia aceptó el modelo de Tycho Brahe.
También estudió acerca del movimiento (especialmente sobre la parábola y la trayectoria de los proyectiles, con gran repercusión en la industria militar).

Isaac Newton:

1642 – 1727. Físico, inventor, filósofo, alquimista y matemático inglés. Contribuyó a la Ciencia desde multitud de ámbitos. En física destaca por ser el descubridor de la Ley de gravitación universal, considerado como el momento culmen de la Revolución Científica. Nace en 1685 tras diversos estudios, y explica y rectifica las leyes de Kepler:
• Un cuerpo permanece en reposo o en movimiento en línea recta y a una velocidad constante a menos que una fuerza externa actúe sobre él.
• La fuerza aplicada por un cuerpo sobre otro genera una fuerza de igual magnitud sobre el primero en dirección contraria.
Cuenta una probablemente inventada historia que fue consciente de estas leyes cuando, contemplando la luna, le cayó una manzana sobre la cabeza, explicando el comportamiento de cada objeto según su cercanía o lejanía a la superficie terrestre.
Conceptúa términos como fuerza, espacio, masa… influyendo determinantemente en la física moderna hasta principios del siglo XX, con la renovación de Albert Einstein.

Ilustración:

Durante este período, se producen nuevos avances especialmente en física, donde destacan, entre otros, Robert Boyle (1627 – 1691), conocido por la ley química que lleva su nombre, y Thomas Young (1773 – 1829), conocido por su experimento de la doble rendija de 1801 (demostraba la interferencia de la luz) y ayudar a descifrar los jeroglíficos egipcios. Ambos eran ingleses y contribuyeron en desarrollar la termodinámica, que estudia los cambios de temperatura, volumen y presión. Por su parte, Daniel Bernoulli (1700 – 1783), suizo, es uno de los padres de la física estadística.

Medicina:

Tampoco es novedad la separación entre religión y ciencia que en este campo se verá. La objetivación de la medicina ya tenía anteriores padres como el archifamoso Hipócrates de Cos (siglo V a.C), o como el anatomista Galeno de Pérgamo (siglo II), de gran influencia en la Edad Media. Va a suponer una ruptura generalizada con la influencia religiosa, pese a que algunos como Servet partiesen de convicciones religiosas. Es fruto de un proceso duradero, en absoluto repentino.

Anatomía:

A finales del siglo XIII se inició la práctica recular de la disección de cadáveres humanos en la Universidad de Bolonia, a lo largo del siglo XIV traspasado a Padua, Montpellier y Lérida y en el siglo XV a otras universidades italianas. Los escritos de Galeno tuvieron gran influencia, pero poco a poco surgieron observadores independientes que corrigieron y averiguaron nuevas cosas, como Gabriele Zerbi, Alessandro Achilini, Berengario de Carpi, Leonardo da Vinci (escritos) o Andrés Laguna.

Destaca el flamenco Andrea Vesalio (1514 – 1564), nacido en Bruselas y estudiante en parís, donde fue instruido por el galenista Jacques Dubois, con quien chocó. De profesor en Padua, revolucionó los métodos médicos en las autopsias, basándose en la experimentación, fuera del conocimiento teológico. Escribió De humnani corporis fabrica (Sobre la estructura del cuerpo humano), aparecido en 1543, con una exposición completa de la anatomía humana según lo observado en cadáveres.
Comenzó una polémica con Dubois, que lo acusó de loco en un panfleto de 1551, siendo a su vez defendido por su discípulo Luis Collado en un libro de 1555, y puesto en ridículo Dubois. Collado y Pedro Ximeno, ambos discípulos, encabezaron la renovación en la universidad de Valencia. Sus enseñanzas rápidamente se extendieron por el resto de universidades europeas, y su influencia llegó a los siglos XVII y XVIII. En éstos destacan personajes de la adenología como Johann G. Wirsung (conducto pancreático), August Q. Rivinus (conducto sublingual), Johann C. Peyer y Johann C. Brunner (formaciones intestinales), Niels Stensen (conducto parotídeo), Caspar Bartholin (glándulas vulvovaginales), Francis Gilson (cápsula hepática) y William Cowper (glándulas uretrales). Se avanzó más en el sistema nervioso, con las obras de Thomas Willis (1664) y Félix Vicq d’Azyr (1786).

Clínica:

Sus principales cambios comienzan en el siglo XVI, con influencia de Galeno. Según Laín Entralgo, las novedades clínicas se agrupan en:
• Nuevas enfermedades: Dado su desconocimiento o aparición reciente; no tratadas por los clásicos:
o Sífilis: Desarrollo con el descubrimiento de América. La estudiaron Gaspar Torrella (1497) y Girolamo Fracastoro (1530), que le dio el nombre.
o Tifus: Culmen en sus estudios a principios del XVII con Juan de Villarreal y Guillaume de Baillou, pero anteriormente tratado.
• Hábitos nuevos: Comienza la observatio de casos individuales generalizados al resto de casos. También comienza a realizarse enseñanza junto a la cama del enfermo, desarrollada en Padua a mediados del siglo XVI por Giambattista da Monte y continuada por Albertino Bottoni y Marco degli Oddi.

Patología:

La patología tradicional fue respetada salvo por leves críticas sobre aspectos puntuales. La verdadera ruptura la lidera Parecelso, sobrenombre de Theophrastus Bombast von Hohenheim (1493 – 1541), suizo nacido en Einsiedeln, suiza. Se educó en la zona minera de Carintia, donde se familiarizó con las prácticas metalúrgicas y alquímicas, y estudió medicina y se doctoró en la Universidad de Ferrara (Italia). Huyó de su cargo de profesor en la Universidad de Basilea por su conducta (protagonizó hechos como una hoguera en la Noche de San Juan a base de textos médicos tradicionales).
Abandonó creencias anteriores y usó sus conocimientos en alquimia para dividir el organismo humano en tres sustancias químicas:
Mercurius: Lo volátil, escapado en forma de humo.
Sulphur: Lo combustible, que produce llama.
Sal: Resistente al fuego, quedando en cenizas.
El arqueo las ordenaba; si era insuficiente en su tarea, se producían las dolencias. La polémica generada sobrevivió a Paracelso y continuó en el siglo XVII.

Farmacología:


Desarrollo mermado por la idea antigua de la curación mediante elementos naturales, sin distinguir entre unos medicamentos y otros. Durante la Edad Media se produjeron incorporaciones de productos curativos, especialmente por los árabes. Los descubrimientos geográficos potenciaron la obtención de productos nuevos, trayéndolos, como es lógico, portugueses (García da Horta, que escribe en 1563) y españoles (Nicolás Monardes, que escribe su obra entre 1565 y 1574).
La concepción química de Paracelso va a ayudar al progreso del tratamiento con medicamentos; según él en la naturaleza había arcanos, principios curativos específicos de cada enfermedad, aislables con prácticas alquímicas. Con esta base s avanzó en la disciplina y se introdujeron preparados químicos minerales, primeros medicamentos de carácter artificial por manipulación en laboratorio. Es por ello que se le considera el gran padre de la farmacología suponiendo un fuerte avance en tratamientos con fármacos.
Los galenistas se opusieron fuertemente al tratamiento con medicamentos artificiales durante el siglo XVII, hasta que la farmacología moderna maduró con la química y la investigación biológica experimental del siglo XIX.

Cirugía:

Pese a que como cirugía moderna se constituye en los siglos XVIII, posee una trayectoria anterior. Su punto de apoyo es la anatomía de Vesalio en el siglo XVI. Los primeros cirujanos se aventuraban a la hora de operar, y estaban separados de los médicos convencionales, según los cánones medievales. Frente a la formación universitaria del médico, ellos eran formados artesanalmente, con un maestro, y perteneciendo al respectivo estrato económico. En España e Italia sí hubo algunas cátedras en cirugía.
Las guerras ayudaron a aumentar el conocimiento, destacando Ambroise Paré (1509 – 1590), cirujano militar francés a las órdenes de Francisco I. Introdujo el tratamiento “limpio y suave” de las heridas de bala, pues tras una batalla, no había suficiente aceite para curar a todos los heridos (se creía que, hervido y vertido sobre las heridas, curaba las impurezas e infecciones producidas por la pólvora arrastrada por la bala), por lo que usó un apósito suave, con grandes logros. A parecidas conclusiones y sin conocer a Paré llegó Bartolommeo Maggi, cirujano del ejército pontificio, tras comprobar la ausencia de toxicidad en la pólvora. También destaca Dionisio Daza Chacón a las órdenes de Carlos I y Felipe II, que ideó procedimientos para amputación de miembros y ligadura de vasos sanguíneos, conocimiento complementado con autopsias.
Los hospitales también ayudaron en ello, como el Hospital del Cardenal (Sevilla), donde desarrolló su obra Bartolomé Hidalgo de Agüero (1530 – 1597), introduciendo el tratamiento “limpio y seco” de las heridas de arma blanca, frente a la formación del pus por los galenistas.
Las universidades italianas y españolas dieron buenos cirujanos, como Girolamo Fabrizzi d’Alquapendente, catedrático en Padua y descubridor de las válvulas venenosas, o Andrés Alcázar, catedrático salamantino que dedicó una obra a la cirugía craneal en 1573. También hubo tratados monográficos, como el libro sobre las enfermedades renales y urinarias (1588) de Francisco Díaz y el tratado de cirugía plástica (1597) de Gaspare Tagliacozzi.

En el siglo XVIII, la cirugía deja de tener tal bajo nivel y pasa a ser elemento de prestigio. Se forman centros docentes equivalentes a facultades de medicina de nivel universitario, y el acto quirúrgico se dotó de gran categoría técnica. El médico despreciaba el trabajo manual, y el bajo nivel de cirugía alertaba a los Estados. Luis XV en 1731 crea en París la Real Academia de Cirugía, con Juan Louis Perir al frente, máxima autoridad en el campo. En la siguiente década, la Academia queda equiparada la Facultad de Medicina.
El modelo francés fue imitado por el resto de países europeos. En España lo introdujo Pere Virgili, logrando la fundación en Cádiz en 1748 de un Real Colegio de Cirugía para cirujanos al servicio de la Armada. Logró la fundación más tarde en Barcelona (1464) y Madrid (1787). La unificación médico-cirujano fue realizada para acabar con los problemas jurisdiccionales entre ambos, siendo realizada en España a partir de 1827. Esta reforma impulsó aún más la cirugía, complementando los conocimientos de ambos campos.
Mientras la cirugía se convertía en una técnica, se sientan las bases de la patología y clínica quirúrgicas. Destacan los tratados de Petit (1705 y 1723) y Louis (1768), avance en la caracterización de las fracturas. John Hunter (1728 – 1793), cirujano escocés, fundamentó la patología quirúrgica en la investigación biológica y experimental, escribiendo ya a finales de la centuria.

Enfermedades:

En la Edad Moderna, van a ser dos las enfermedades en las que se centre la medicina principalmente:

• Peste:
La más mortífera de todas las enfermedades infectocontagiosas. Con el término “pestis”, del latín, se designaba a toda gran epidemia grave, como hicieron Tucídides en el siglo V a.C. y Galeno en el siglo II d.C., tratándose de tifus.
Tuvo diversos y diferentes estallidos a lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna, y proviene principalmente de la pulga de la rata, traída de Asia en el siglo XIV, almacenando la yersina pestis, bacteria que mediante la pulga pasa al hombre. Era de muerte rápida.
No se logró una vacuna, sino meros amagos de tratamiento. Los médicos de la época se vestían con grandes trajes y una máscara de gas primitiva con forma de pico repleta de materiales que, según creían, evitarían el contagio. Uno de los primeros médicos en tratarla adecuadamente fue Michel de Nôtre-Dame (popularmente conocido como Nostradamus), que utilizó métodos más modernos y eficaces como la limpieza y el agua como prevención.

• Viruela:
Enfermedad infecciosa grave de origen asiático y muy contagiosa. La causa el Variola virus, con riesgo de muerte en algunos casos. Carece de tratamiento, siendo únicamente usada la vacuna. “viruela” significa en latín “manchado”, en alusión a los bultos que aparecen en el cuerpo de los infectos. Llegó al conocimiento europeo en 1718, durante una reunión de médicos en Estambul, cogiéndola más tarde la mujer del embajador británico en Turquía y extendiéndose por toda Europa.
Su vacuna fue inventada por Edward Jenner (1749 – 1843), médico rural que se dio cuenta de que la viruela no prendía en las personas que habían padecido la viruela vacuna. Sustituyó la tradicional variolización por la inoculación de la linfa de alguien que la hubiera sufrido; en 1796 experimentó la idea con un niño, demostrando la defensa frente al contagio. Fue rechazado por la Royal Society de Londres, publicando en 1798 un libro. En 1801 finalmente se hizo efectiva en Gran Bretaña, llegando dos años antes a España por el médico catalán Francesc Piguillem. Posteriormente se llevó a América y Pacífico.
Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente es la única enfermedad erradicada totalmente en el planeta.

Miguel Servet:

Entre todas estas disciplinas y de manera más o menos individual destaca Miguel Servet, teólogo y científico onubense nacido en 1511 y muerto en 1553. Fue buen estudiante en su juventud y por ello estudió entre grandes religiosos, siendo pupilo de fray Juan de Quintana, futuro confesor de Carlos V.
Escribió multitud de obres teológicas y se ocultó durante un tiempo tras conocer personalmente al reformador Calvino. Huye con otra identidad perseguido por la Inquisición Española, publica una edición de Geographia de Claudio Ptolomeo y en 1537 se matricula en la Universidad de París para estudiar Medicina, junto a algunos de los mejores médicos de la época. En 1541 logra ser el médico personal de Pedro Palmier, arzobispo de Viena, que le permitirá seguir individualmente sus estudios.
En 1546 escribe su obra culmen, Christianismi Restitutio (Restitución del Cristianismo), enviándole una copia antes a Calvino para que la comente. El Libro V hablaba sobre la circulación pulmonar: según Servet, la sangre es transmitida por la arteria pulmonar a la vena pulmonar por un paso atravesando los pulmones. El alma era una emanación de la Divinidad y que tenía como sede a la sangre. Gracias a la sangre, el alma podía estar diseminada por todo el cuerpo logrando el hombre su condición divina. Servet destaca tal descubrimiento como algo más religioso que científico, por lo que ello está dentro de una obra de teología, pues no separaba la teología de la ciencia.
Como respuesta, Calvino le recomendó leer su Institutio religionis Christianae (1536), enviándole la copia con anotaciones que no agradaron a Calvino. Éste lo amenazó de muerte con pisar Ginebra, y delató su identidad falsa a la Inquisición Española, que lo detiene en Lyon, logrando escapar y detenido definitivamente en Ginebra por los calvinistas, donde murió en la hoguera.



Monarquía hispánica y relaciones exteriores en el siglo XVI:

Se centrará en las figuras de Carlos V (1517 – 1556) y Felipe II (1556 – 1598), con énfasis en su política exterior.

Carlos V:

• Herencia de los Habsburgo.
• Principios generales de su política.
• Lucha contra los turcos.
• Lucha contra Francia.
• Lucha contra los protestantes.

Felipe II:

• Herencia.
• Fases:
o San Agustín – Cateu-Cambresis (1556 – 1559).
o Fase Mediterránea (1559 – 1571).
o Fase Atlántica (1571 – 1598).
 Países Bajos.
 Portugal.
 Inglaterra.
 Última década del reinado.


Herencia de los Habsburgo:

Se aprecia una dificultad para distinguir en los siglos XVI y XVII la historia de España de la historia de Europa. También se plantean dudas sobre la existencia de España en tal época, dada la unión de coronas, a las que se añade su respectiva herencia en Europa. Dentro del territorio de la actual España hay dos Estados con propia ley, jurisdicción, tradición, lengua… unidos por los Reyes Católicos mediante la monarquía compuesta (término acuñado por John Elliot). Éstos no son conscientes de la formación de tal Estado, y a Carlos V se le precipitarán las consecuencias sin esperarlas.
Herencia:
• Castellana: De parte de su abuela materna, Isabel de Castilla: Castilla, Granada, Navarra, la América hispánica y los presidios del norte de África.
• Aragonesa: De parte de su abuelo materno, Fernando de Aragón: Corona de Aragón y Nápoles (sur de la península itálica y Sicilia).
• Borgoñona: De parte de su abuela paterna, María de Borgoña: Países Bajos, Artois, Flandes, derechos al Ducado de Borgoña.
• Imperial: De parte de su abuelo paterno, Maximiliano de Austria: Territorios patrimoniales de los Austria (Austria, Estiria, Carintia, Carniola, Alsacia y Franco condadazo), Bolonia, Moravia y Silesia.

Árbol genealógico:

• Familia paterna:
o Padre: Felipe I “el Hermoso”. Casado con Juana en 1496. Pretendía ser rey de ambas coronas (Castilla y Aragón), entrando en conflicto con Fernando el Católico. Muere en 1506.
o Abuela: María de Borgoña, hija del último duque de Borgoña, Carlos el temerario e Isabel de Borbón. Murió en 1482
o Abuelo: Maximiliano I de Austria, hijo del Federico III (emperador de Austria) y Leonor de Aragón y Portugal, fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico entre 1493 y 1519. Contrajo matrimonio con María de Borgoña antes, teniendo dos hijos: Margarita de Austria, archiduquesa de Austria, y Felipe I, rey de Castilla
• Familia materna:
o Madre: Juana “la Loca”, reina de Castilla entre 1504 y 1506, pese a sufrir numerosos intentos de ser invalidada por su discutida locura.
o Abuela: Isabel I de Castilla “la Católica”. Reina de Castilla entre 1474 y 1504.
o Abuelo: Fernando II de Aragón / V de Castilla “el Católico. Rey de Aragón entre 1479 y 1516 y rey de Castilla entre 1475 (año de su boda con Isabel) y 1504 (año de la muerte de Isabel).
o Tía mayor: Isabel, casada en 1490 con Alfonso de Portugal, pero murió en 1498.
o Tío: Juan, casado con Margarita de Borgoña, pero murió en 1497. Acción
o Tía menor: Catalina de Aragón, casada primero con Arturo de Inglaterra en 1501, muerto al año y casada en 1509 con Enrique VIII de Inglaterra. La repudiará, iniciará la reforma protestante y Catalina morirá recluida en 1536.

Principios generales de su política:

Búsqueda de la Universitas Christiana, pensamiento medieval de lucha contra el infiel entre todos los cristianos unidos, una especie de cruzada tardía. Busca una Europa unida contra el Islam, es decir, paz entre cristianos, sueño que verá medianamente cumplido en breves ocasiones como la toma de Túnez (1535), donde colaboraron portugueses e italianos. Detrás de esto se esconde un fin político de consolidar su dinastía como la principal de Europa.
Hernando de Acuña pone en sus estrofas el ideal del emperador: un monarca, un imperio y una espada. Junto a esto, necesitaba el apoyo del Papa como gran cabeza unificadora del cristianismo, en un contexto en el que esta autoridad es cuestionada.

Lucha contra los turcos:

Durante sus luchas contra Francisco I, se había levantado una tercera potencia mediterránea: el Imperio Otomano, durante su plena ansia expansionista. Al igual que su poder, el de Solimán el Magnífico era un poder extendido por diversos frentes, por lo que Carlos V no logró enfrentarse a él en todos los frentes con la misma intensidad:
• Tierra:
Los turcos comienzan su campaña y aplastan a Hungría en la Batalla de Mohács (26 de agosto de 1526), matando a su último rey, Luis II de Hungría y Bohemia. Al poco llegan a Buda, la capital de Hungría, a poca distancia de la frontera oriental de Austria, que forma parte de la herencia de Carlos V. Éste envía refuerzos a la frontera del Danubio altamente mediocres, pues sus súbditos españoles se negaron a ofrecer tropas y dinero en socorro de Austria. A la cabeza de Hungría y Bohemia queda Fernando, su hermano. Carlos V intenta conseguir un préstamo para una expedición a Hungría, que le es negado.
En 1529, el sultán turco comienza una segunda gran ofensiva, en la que recupera Buda (la había perdido frente a los cristianos dos años antes) y llega a asediar Viena. La dinastía Habsburgo se desquicia, al ser el mayor peligro al que se había sometido su territorio, por lo que el emperador interviene y detiene el avance turco en 1530 – 1532. Este año intenta formar un ejército con destino a Hungría, dirigido por sus mejores generales, entre ellos Antonio de Leyva y el marqués de Vasto, para ayudar a su hermano. Un destacamento reducido español toma parte de la defensa de Viena, y el propio Carlos V llega a la ciudad para supervisar personalmente la campaña.
Solimán debe retirarse a Buda, siendo amedrentado y paralizado desde Pest, la ciudad más cercana y en ese momento separada de Buda. Carlos V no quiere tomar parte en la defensa de Hungría al no ser patrimonio suyo, pues ya tenía multitud de problemas. No obstante, no abandonó completamente a su hermano Fernando, sino que dejó un contingente de tropas en Viena a su disposición. Las batallas siguieron sucediéndose, recibiendo Fernando nuevas tropas españolas y pactando una tregua en noviembre de 1545.
• Mar:
Carlos V va a darle más importancia a la lucha en el Mediterráneo que en el Danubio. Antes de Carlos V tiene lugar una política de construcción de presidios en África (Melilla, Mazalquivir, Vélez de la Frontera, Orán, Bugía, Trípoli…) por parte de sus abuelos los Reyes Católicos. Todo es debido a un intento por aplacar la piratería berberisca en el Mediterráneo, liderada por el corsario Kheirredin Barbarroja, un cristiano apóstata que tenía todo el apoyo del sultán. En 1516 la piratería berberisca se había establecido en Argel, y con su colonización del interior del Magreb, se hicieron con un Estado propio en el Mediterráneo occidental, colocándose en 518 bajo la protección del sultán y potenciando su guerra naval contra España, empezando por destruir sus presidios.
Los piratas necesitaban para vivir productos que el clima africano no les proporcionaba, pero el cercano clima de la península ibérica sí. Esto y la descuidada defensa marítima de Carlos V, heredada de sus abuelos maternos, propició campañas como la de 1529 contra la costa de Valencia, llevándose mucho dinero y prisioneros españoles. Esto era una práctica común en los berberiscos, así como conseguir prisioneros atacando barcos, para pedir posteriormente un rescate por ellos a sus familias. El ejemplo más conocido es el del literato Miguel de Cervantes, capturado tras su regreso de Lepanto (1571).
Se ataja con campañas puntuales, destacando la toma de Túnez en 1535, comandada por él mismo pese al desaconsejo de sus súbditos cercanos. Acaeció en pleno verano, con temperaturas de entre cuarenta y cuarenta y cinco grados. Su toma fue posible por la colaboración de navíos genoveses, que formaban una poderosa flota al mando de Andrea Doria, barcos mercantiles pero artillados dadas las circunstancias. Anteriormente ya había tomado Patras y Coron, en la Morea, plazas situadas en el golfo de Corinto, en 1532 y 1533, y durante poco tiempo, pero logrando reducir la presencia turca en el asedio de Viena. Tras esto, Solimán estrechará lazos con Barbarroja, nombrándolo capitán general de la flota turca. Con este título Barbarroja capturaba Túnez y al aliado morisco de España, Muley Hassan, en agosto de 1534, a la vez que se mantenían relaciones franco-turcas.
La toma de Túnez fue un éxito gracias a las ayudas comentadas y al estallido de una revuelta interna en la ciudad que desbordó sus defensas. El resultado fue de victoria para Carlos V, pero su presa, Barbarroja, escapó y se refugió en Argel. Volvió a organizar nuevas expediciones contra las Islas Balearas y Valencia, combinadas con ofensivas francesas, tras cerrar sus alianzas con el turco en febrero de 1536. Carlos V lucha contra Francia entre 1536 y 1538, paralizando la lucha en el Mediterráneo hasta la Tregua de Niza de 1538. Tras esto, Carlos trata de organizar una nueva ofensiva contra Solimán, aliándose con el Papa y Venecia en una nueva Liga derrotada por Barbarroja en Prevesa, septiembre de 1538, deshaciéndose por la firma de la paz por Venecia por su cuenta en 1540, para salvar su comercio y abastecimiento marítimo. Sin la flota veneciana, la defensa de los ataques berberiscos sería un suicidio, por lo que Carlos intenta concentrando todos sus esfuerzos tomar Argel, la capital pirata y refugio y cuartel general de Barbarroja y sus ataques.

El intento de tomar Argel será un fracaso militar y económico. Carlos V concentró todos sus efectivos en la expedición, llegando a traer de América al conquistador Hernán Cortés. En octubre de 1541 llega a Argel, una estación poco recomendable para semejante campaña. En una tormenta pierde 150 de sus embarcaciones. Desembarca y pone asedio a la ciudad, pero, vistas las circunstancias, decide replegarse para no producir un desastre mayor. Tras él, el expansionismo turco prosigue y regresan las alianzas con Francia, que reanuda sus hostilidades entre 15442 y 1544. Barbarroja colabora con el asedio de Niza y galeras francesas se unen a su flota. logran recuperar algunas plazas, como Trípoli o Bugía. Trípoli era desde 1523 defendida por los Caballeros de San Juan, orden comercial y militar expulsada por los turcos de la Isla de Rodas, que la tomaron el año anterior y usaron como punta de lanza para ataques en todo el Mediterráneo. La defendieron férreamente hasta capitular en 1551 ante el almirante turco Sinán. Con su toma, se convierte en un nuevo anillo para Argel. Poco a poco van cayendo el resto de plazas y prosiguen los envíos navales hacia el Mediterráneo occidental. Bugía, por ejemplo, gran presidio, cayó en 1558, aprovechando la muerte de Carlos V.
Solimán va a disminuir sus ataques al tener problemas con Persia y a la distancia, pero los norteafricanos aliados continuarán con sus incursiones. Carlos V no descansó en defender sus rutas marítimas.
El deseo de Carlos V para emprender una gran y unitaria cruzada contra Constantinopla, en poder de los turcos, se vio imposibilitados por esta serie de circunstancias, llegando a no obtener ni siquiera la colaboración de Aragón y Cataluña, condición esencial para la supremacía española mediterránea. El presupuesto para ello se dilapidó con la conquista y colonización de América. Su programa tuvo que esperar a su hijo Felipe II.

La conclusión que se sacan de estos hechos son principalmente que las campañas comenzaron victoriosamente y terminaron con derrota. Ello se achaca, entre otras cosas, a la inexistencia de una flota permanente mediterránea, añadido al duro expansionismo otomano que primaba por la época.

Lucha contra Francia:

Los dos ejes principales de conflicto serán Borgoña y Milán. Además, coincide con un gran antagonismo personal entre Francisco I de Francia y el Emperador Carlos V. Tendrán lugar cinco guerras, llevando una clara iniciativa Carlos V en ellas, precisamente en las que derrotará a Francisco I.

Primera Guerra:

Acaece entre 1521 y 1525. Francia declara la guerra a Carlos V el 22 de abril de 1521, aprovechando el conflicto interno de la guerra de las comunidades, iniciado en 1520. Será justo el día anterior a la derrota casi definitiva de los Comuneros en Villalar (Valladolid) invade el norte de España y el norte de Italia. El ejército francés invade Navarra y llega a dominar buena parte del territorio, alcanzando Logroño. Dadas las circunstancias, rebeldes y ejército real se aliaron para combatir a los franceses.
Tras ser derrotada al sur de los Pirineos, Francia decide centrarse en Italia, donde la política del territorio era muy favorable a Carlos V. En noviembre de 1521, una expedición conquista Milán para el emperador, y en enero de 1522 Adrián de Utrecht, antiguo instructor de Carlos V, sale elegido Papa con el nombre de Adriano VI. Carlos V logra el apoyo de Enrique VIII, como inglés, resentido con Francia por la Guerra de los Cien Años, el 16 de junio de 1522, de la mano de un tratado de alianza firmado en Windsor y seguido de un tratado secreto por el que Carlos quedaba desposado con la hija de Enrique, María, por entonces de seis años. Se pretendía con él la conquista militar completa y reparto del territorio francés, sin tener en cuenta la debilidad militar y financiera de sus aliados y el gran poder defensivo francés, pero denotaba bien la caballerosidad y seriedad de ambos monarcas, y el objetivo de Carlos V de reconquistar su patrimonio borgoñón.
También recibe apoyo de Venecia, Florencia y los Estados Papales, pero Adriano VI muere en septiembre y se quiebra buena parte de la alianza. Los siguientes Papas, entre ellos su sucesor, Clemente VII, no apoyan a Carlos V, sino que buscan un equilibrio entre Francia y España, apoyando en más de una ocasión a la primera. El proyecto de unir Italia frente a Francia empezaba a ser demasiado difícil. Francisco I reconquista Milán en octubre de 1524, y en diciembre Clemente VII terminaba una alianza con Francia y Venecia. Prefirió anular su boda con María, pues el apoyo de Inglaterra en tales circunstancias era muy inocuo. En tales momentos, le llega la noticia de que el ejército francés ha sido derrotado en la Batalla de Pavía (10 de marzo de 1525) por parte de sus generales Pescara, Leyva y Lannoy, y Francisco I ha sido apresado.
Carlos prefiere imponer condiciones de paz sin tener que contar con Enrique VIII y Francisco I es llevado a Madrid, donde según la tradición popular fue retenido en la torre de los Lujanes, pero las nuevas investigaciones apuntan a que se le recluyó en el alcázar árabe de la villa, sobre el que ahora está construido el palacio real.
Durante su estancia en la villa el rey de Francia propone un alto rescate, abandonando Italia y retirando sus aspiraciones a Flandes y Artois. Termina firmando el 15 de enero de 1526 el Tratado de Madrid, con condiciones que benefician más aún y claramente a Carlos V. Promete, además de lo anteriormente expuesto, devolver Borgoña y entregar como garantía dos de sus hijos a cambio de ser liberado. Una vez en Francia, incumple el tratado alegando haber sido coaccionado durante la elaboración y firma del mismo, y organiza la Liga de Cognac contra el emperador. Igualmente, Carlos V ya esperaba que necesitara fuerza armada y mucho dinero para conseguir que tal tratado se cumpliera, por lo que no le fue una gran sorpresa la actitud de su archienemigo francés.


Fuentes:

“Historia de la Medicina” – José María López Piñero.
“Historia de la Ciencia – 1543 – 2001”. – John Gribbin.
“España bajo los Austrias” – J. Lynch.

es.wikipedia.org
Apuntes de Historia Moderna de España.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Memoria del viernes 18 de diciembre.

Juan Antonio: Ha redactado y publicado un resumen del libro El Anglicanismo, de Juan Antonio Parejo Delgado, en lo concerniente a su parte.

Manuel: Ha redactado y publicado un resumen de los capítulos IV - VI del libro Historia de Inglaterra bajo la Casa Tudor, de David Hume, concretamente de la parte de Enrique VIII.

Carlos: Ha redactado y publicado un resumen del libro Historia de Inglaterra, de André Morrois, sobre los reinados de Eduardo VI y María Tudor.

Alberto: Está trabajando en su parte del trabajo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Enrique VIII (1509-1547)


Enrique VIII sucedió a su padre con dieciocho años.

Al poco de convertirse en rey se casa con Catalina de Aragón, a pesar de ser viuda de su hermano Arturo, casados para reafirmar la alianza entre España e Inglaterra , para Inglaterra era muy importante asegurarse esta alianza porque en esta época era una potencia de segunda fila y por tanto era muy importante asegurarse la alianza con alguna potencia dominante en este caso España .

En los primeros años de reinado de Enrique VIII delego del gobierno a Wosley quién el Papa León X le nombro delegado del Papa en Inglaterra reuniendo en su persona toda la autoridad civil y eclesiástica. Wosley intento corromper al sacro colegio para hacerse elegir Papa y amenazo con un cisma si no lo elegían pero era un farol. Cuando apareció el luteranismo escribió una carta al Papa dando se el titulo de “Defensor de la fe” (1521).

Las dos principales potencias de la época, Francia y España, se disputaron una alianza con Inglaterra y después de que Wosley negociara con las dos se decanto por eligió decantarse por aliarse con el emperador Carlos V y por lo tanto a España presionado por los comerciantes para que se aliara con España. España vence en Pavía (1525) lo que provoco que tuviera a su merced al Papa lo que provocaría la caída de Wosley.

Enrique VIII necesitaba tener un hijo para que pudiera heredar el trono de Inglaterra y su mujer Catalina solo había logrado engendrar viva a maría (1516) pero el echo de ser mujer hijo que su padre la descartarse para el trono para evitarse problemas posteriores con que alguien se opusiera a tener a una mujer como regente, la única mujer que reino en Inglaterra hasta el reinado de Enrique VIII fue Margarita y no era muy buen ejemplo, por ello y viendo que Catalina era incapaz de parir a un niño decidió casarse con Ana Bolena pero Catalina era la reina de Carlos V con quién el rey tenía una alianza por lo tanto intento casar a su hija Maria pero el emperador se caso con la infanta de Portugal.

Enrique VII pidió un bulo al papa para divorciarse de Catalina pero como el papa estaba controlado por Carlos V y pretendía divorciarse de su tía se le denegó. Pero el papa envió al cardenal Campeagio para juzgar el caso junto a Wosley, Catalina consiguió que el papa instruyera su causa en su tribunal lo que enfureció a Enrique VII lo que provoco que los enemigos de Wosley aprovecharan y le acusaran de traición por ser delegado del el gobierno del pontífice y tratar asuntos de la jurisdicción del rey. Wosley tuvo que abandonar sus bienes y poco después murió.

Tomas Moro fue el elegido para sustituirle en la chancillería y Thomas Cramer fue nombrado obispo de Camterbury por proponer al rey que no tenia que seguir el proceso de Roma para divorciarse si no que bastaba con obtener el de algunos teólogos eminentes la certeza de la nulidad.

Entonces enrique se puso manos a la obra convenciendo de Oxford, y Cambridge por medio de intimidación y de halagos y de la universidad de Paris y del norte de Italia siguiendo a los de la Sorbona porque destetaban a Carlos V. Con este apoyo el rey sometió al parlamento argumentando que el papa no era competente en este asunto. El pueblo era contrario al divorcio con Catalina.

Ana Bolena estaba en cinta por lo tanto Enrique VII tenia que obrar rápido para que el hijo que esperaba fuera su heredero y Cramer los casó en secreto en Enero de 1533. Acuciando el matrimonio en Pascua por lo que Ana fue coronada y el papa excolmugo a Enrique VII produciendose la ruptura con Roma.

Cromwell aconsejo a Enrique que se separase de Roma como ya habian echo los principes Austriacos y que no debia doblegarse a un papa que no habia aceptado su divorcio.

Empezo entonces la expolación de la iglesia que fue legal y respeto las leyes de parlament.

El parlamento de la reforma duro siete años (1529-1536) y voto todas las medidas extraordinarias que propuso la corona.

El clero tuvo que pagar una multa de dos millones de libras, ortogo al rey el titulo de protector y jefe supremo de la iglesia y abolio las primicias anuales pagadas al papa . depués el parlamento voto sucesivamente el estatuto de apelación que prohibia toda apelación a Roma, le atribuia la jurisdicción espiritual y civil y le concedia el derecho a reformar y reprimir errores se anulo tambieén su primer matrimonio y se quito a Maria de la linea sucesoria a favor de los hijos de Ana Bolena.

El parlamento voto esto a pesar de ser catolico porque en Inglaterra estaba naciendo un nacionalismo que no permitia obedecer al papa porque era aliado de España y Francia.

También se debio al anticlericalismo que reclamaba la abolición de los tribunales eclesiásticos y la rapiña de las riquezas monacales.

El cisma con la iglesia no tuvo demasiada resistencia.

El canciller Tomas Moro y el arzorbispo Fisher se negaron a perder su fe catolica y por ello fueron decapitados igual que un gran número de monjes.

El Papa intento sin éxito que Francisco I y Carlos V tomaran parte en el asunto pero Inglaterra era un pais estrtegico y no actuaron.

El rey confisco los bienes a la iglesia y podía disolver todos los pequeños monasterios pero según la ley siempre que los monjes renuciaran voluntariamente pero los encargados de ésta labor eran muy hábiles negociando. Los monasterios confiscados eran adsinados a un gran señor y todo lo que contenian era vendido.Esto aurrinaba alos monjes pero el rey no obtenia gran beneficio.

Algunos monjes recibían la autorización para seguir ejerciendo el ministerio secular pero la mayoría solo recibia una pensión de algunos chelines. Por ellos muchos de los monjes abandonar el país dirigiendose a Irlanda, Francia, Flandes o Escocia.

Con la confiscación de los bienes de la iglesia el rey recoge para su causa a los clases mas ricas y beneficiadas por esta situación.

Desde este momento intentan que no se regrese al catolicismo y le obligen a devolver lo incautado.

Crowell, Crammer y Latiner querían unirse al luteranismo pero Enrique VIII lo que quería era ser jefe y defensor de la fe católica nacional a si que Enrique VIII se puso a perserguir a los prostestantes. lo que provoco que los obispos protestantes como Latiner

Enrique VII hizo votar en la camara de los Lores un estatuto de los seis articulos llamado popularmente “Bill el sangriento” o “Latigo de seis colas”en el que afirmaba la transmutación, la excelencia del celibato clerical y aprobaba la confesión y las misas privadas. Toda violación de este estatuto seria castigada con la hogera lo que obligo a que los obispos protestantes como Latiner presentaran su dimisión.

Ana Bolena solo pudo engendrar una hija Maria por lo que Enrique decidio decapitarla y buscar otra mujer para engendrar a un hijo varón. Se caso con Juana Seymor y deserredo a Isabel.Juana si que tuvo un hijo Eduardo pero murió en el parto entonces Crowell intentado acercar al rey a los luteranos con la boda con Ana de Claves la boda no cuajo y los dos fueron decapitados su siguiente mujer fue catalina de Horward acusada de adulterio y ejecutada. Su sexta mujer fue Catalina de Parr que le sobrevivió.

Enrique VII murió en 1547 y su descendiente fue Eduardo VI.


-Información sacada de "historia de Inglaterra " de André Maurois, ed. Arie

"El Anglicanismo", resumen del capítulo concerniente a María I Tudor

En 1533, María es declarada ilegítima por su padre Enrique VIII, siendo forzada además a aceptar tal condición. Esto será algo que le acompañará personalmente de por vida, ya que jamás se perdonará a si misma haber traicionado de alguna manera a su madre, Catalina de Aragón. Ello está motivado a que siempre estuvo muy apegada a su madre y al catolicismo.
Su vida distó mucho de ser agradable, siendo además una mujer ansiosa y enferma. De su vida amorosa tampoco nos han llegado grandes noticias, aunque al parecer, al contrario que su hermana Isabel fue poco pródiga en amores, quizás debido también a un carácter un tanto agrio y a su, digámoslo así, su falta de belleza. Su vida, como hemos dicho fue dura y difícil, y quizás eso le marcó de por vida. Era además, muy bajita, de voz aguda y aspecto enfermizo, y este no debió de se muy agradable cuando llegó Felipe II a Inglaterra, ya que para aquel entonces, la reina carecía de dientes y de cejas. Pese a ello, nunca anduvo escasa de inteligencia, y también se recoge que era una mujer trabajadora, muy empeñada en sus labores. Sin embargo, fue incapaz de leer, analizar y comprender exactamente los males del país. Fue aclamada al entrar en Londres el 19 de julio de 1553. Completamente ignorada el día de su muerte, el 17 de noviembre de 1558.
En cuanto a las cuestiones religiosas, que son las que trata el presente libro, el Parlamento la intentó persuadir de que tomase la cabeza de la Iglesia de Inglaterra, pero fue algo a lo que siempre se negó, siguiendo sus creencias católicas. Al poco de llegar, depuso a siete obispos protestantes y cambió los nuevos oficios por los viejos romanos. En total, alrededor de un 25 % de los obispos ingleses fueron destituidos por casarse. Como consecuencia de estas primeras acciones, Inglaterra era parcialmente absuelta por el Papa en 1554.
A lo largo del reinado, el autor le recrimina a María tres errores fundamentales, que marcarán su reinado. El primero sería la elección del nuevo Arzobispo de Cantérbury, Reginald Pole, quien había asistido al Concilio de Trento y era partidario de una reforma moderada del catolicismo, aunque sin salirse de sus cauces. Este nombramiento resultó ser muy impopular.
Pero más aún lo sería, en opinión del autor, su segundo error: su matrimonio con Felipe de Habsburgo, hijo del emperador Carlos V. Los extranjeros, y más aún los españoles no eran nada bien vistos en Inglaterra. Y por si fuera poco, existía el miedo de que Inglaterra se convirtiese en otro elemento, por así decirlo, del Imperio de Carlos que luego heredaría Felipe, como una especie de ariete contra Francia por el Norte. Se temía que Inglaterra perdiese su independencia a favor del rey de España, por lo que el Parlamento opuso no pocas objeciones a Felipe (prohibición de utilizar tropas inglesas en sus guerras europeas, papel meramente de rey consorte…). Además, el matrimonio fracasó al no tener herederos.
Y el tercer y último error que le adjudica el autor es el de creer que los ingleses podían cambiar a esas alturas, que podías “desandar lo andado”. Y mucho menos sería posible a través de los métodos muchas veces violentos que María utilizó. Se producirán no pocas quemas de herejes y persecuciones, obligando a exiliarse a muchos ingleses. Cinco obispos murieron, dentro de las trescientas personas ejecutadas por las autoridades, especialmente en Londres y en el sur-sureste de Inglaterra, donde la Reforma había calado más, ya que en el norte apenas lo había hecho. Incluso en Northumberland, el catolicismo era aún mayoritario. Grandes personalidades como Cranmer, Ridley o Lotimer eran encerrados en la famosa Torre de Londres, en condiciones muy precarias. Thomas Cranmer, el primer arzobispo de Cantérbury durante la época de Enrique VIII era conducido a la hoguera el 21 de marzo de 1556. Concluye el autor, después de exaltar brevemente la figura de Cranmer, que si el objetivo de María fue el de reinstaurar el catolicismo en Inglaterra, no hizo sino enterrarlo aún más. Tras ello pasa a comentar la represión de María de un modo muy subjetivo a mi parecer, señalando que le parece que fue mucho más negativa que la de su padre Enrique o su hermana Isabel, ya que estos dos tuvieron motivaciones o incluso justificaciones “políticas” (¿?) añadidas, mientras que María carecía por completo de ellas, algo de lo que no estoy de acuerdo, ya que María también tuvo que hacer frente a rebeliones y enfrentamientos “políticos”, como el de Wyatt de abril de 1554, aunque parece que el autor lo olvida. O más bien, prefiere olvidarlo. U obviarlo.
Y para finalizar, por si fuera poco, en 1557 Calais, la cabeza de puente inglesa en Francia, último resto del Imperio Angevino que construyes Enrique II Planatagenet era conquistado por los franceses. La situación, para el autor, era desastrosa. Inglaterra estaba cargada de deudas y parecía que se inmiscuiría en las guerras de España. Pero María moría en 1558, e Inglaterra tomaba un nuevo rumbo: ascendía al poder Isabel I. Las cosas iban a cambiar…


-Juan Antonio Parejo Delgado
-"El Anglicanismo", Stephen Neill, colección Pensamiento Cristiano, Barcelona, 1966

Breve resumen y esquemas capítulos IV-VI de "Historia de Inglaterra bajo los Tudor"

Este libro narra el reinado de la Casa Tudor en Inglaterra, donde yo me he centrado en el reinado de Enrique VIII. La narración se lleva a cabo con una división de los acontecimientos y hechos por años, centrandose en estor primeros capitulos en los años de comienzo del reinado de Enrique VIII, mostrando especial interes por la politica exterior, los problemas con el Norte y el ascenso de Wosley al poder. He hecho un esquema con los hechos que mas destacados me han parecido:

1509-1511 Ascenso al poder de Enrique VIII, muy esperado por el pueblo que andaba muy descontento con su progenitor y su politica interna.
Hombres destacados que acompañaron a Enrique en estos primeros momentos: su abuela, la condesa de Richmon y Derby; Warham, arzobispo de Canterbury y canciller; el conde de Shrewsbury, mayordomo mayor de palacio… y otros mas relacionados con la administración y la justicia.
Ajusticiamiento contra los anteriores funcionarios de su padre para contento del pueblo contra los abusos cometidos por estos.

1512- 1514 Relacion con Fernando de Aragon, ayuda al Papa; ejercito de Dorset a Francia; primero roces con Francia, pequeñas escaramuzas navales; relacion con el Emperador Maximiliano; toma de Tournai; problemas en el norte con los escoceses, muerte de Jacobo rey de Escocia; casamiento de Maria, hermana de Enrique VIII, con Luis, rey de Francia

1515-1520 Ascenso meteorito de Wosley al poder; acercamiento a Francia y España; muerte del emperador Maximiliano e inicio de una “guerra de aliados” en Europa; Enrique como arbitro de las dos grandes potencias;

1521- 1526 comienzo en Europa de las disidencias religiosas, agitancion social; elección del nuevo Papa Adriano, frustacion de Wosley, esperanzas de Carlos V; confederación contra Francia; guerras con Francia y en Italia;


Manuel García

Memoria de grupo

-Juan Antonio: elabora la presente memoria, así como redacta los temas dados en clase (ámbitos de estudio y ciencia en la Edad Moderna), así como los amplia brevemente utilizando manuales de Historia Moderna Universal como el ya conocidísimo de Floristán. Además, elabora un breve artículo sobre el nacimiento, infancia y educación de Eduardo VI, utilizando las fuentes ya citadas en el artículo, preferentemente el libro de Jennifer Loach "Edward VI". Realiza un pequeño resumen sobre el reinado de María Tudor del libro "El anglicanismo", Stephen Neill, colección Pensamiento Cristiano, Barcelona 1966. Prosigue con su parte del trabajo.

-Jorge Ballesteros: escribe la entrada "Reforma institucional de Enrique VII", con Historia Moderna Universal de Alfredo Floristán. Porsigue con su parte del trabajo.

-Manuel García: lee "Historia de Inglaterra bajo la Casa de Tudor" de David Hume, centrándose en los capítulos IV-VI, pertenecientes a Enrique VIII, elaborando a continuación un resumen y un esquema. Prosigue con su parte del trabajo.

-Carlos López: resumen sobre el reinado de Enrique VIII utilizando el libro "la Historia de Inglaterra", de André Maurois, ed. Ariel. Prosigue con su parte del trabajo.

-Alberto J. Garrido: prosigue con su parte del trabajo.

Nacimiento, infancia y educación de Eduardo VI: la esperanza de Enrique VIII de Inglaterra

Hacia 1536, Ana Bolena cae en desgracia, por diversos motivos (no hay hijo varón, por ejemplo) y pronto Ana será acusada de adulterio y Enrique separa de ella. Solo le había dado una hija: Isabel, que como María, será también proclamada como ilegítima. El 19 de mayo de 1536 Ana Bolena es ejecutada en Londres, apenas dos días después de separarse de ella. El rey tendrá una nueva esposa, la joven Jane Seymour, con la que se casará en York al poco de separarse de Ana, y el 27 de mayo de 1537, Jane es coronada en la catedral de St. Paul como reina de Inglaterra. El 11 de octubre de 1537, fruto de este matrimonio, nace el primer hijo varón de Enrique VIII, Eduardo, tras un parto lleno de complicaciones para su joven madre, a la que se tuvo que practicar un cesárea. Jane no se restableció del todo y acabaría por morir doce días después de que Eduardo naciese. Pese a todo, el rey Enrique no cabía en si mismo de felicidad. Ya tenía el heredero varón que buscaba por fin lo había conseguido, desatándose dentro de la Corte un cierto clima de euforia por el hecho tan ansiadamente esperado y que tan caro le había salido al rey. El niño, sería educado en todos los campos posibles con el mayor de los esmeros y la más cercana de las atenciones. El destino del convulso reino estaría en las manos del recién nacido, de sus aún débiles brazos dependía el futuro del reino de Inglaterra. Ni siquiera la temprana muerte de su madre Jane empañaría este momento. Todas las esperanzas estarían puestas en él. Pero para ser el rey que guiase a Inglaterra a la gloria, le esperaba un largo camino
Se producirán pues, celebraciones por todo Londres, siendo bautizado el 15 de octubre en Hampton Court por el arzobispo Crammer, y teniendo como padrinos al Duque de Norfolk y a su hermana María, que pese a todo, mantuvo siempre una cordial relación con Jane Seymour, la cual también estuvo presente en el acontecimiento, siendo además proclamado como duque de Cornualles. Como se ha dicho, al poco tiempo, concretamente el 23 de octubre, su madre Jane Seymour fallece. El niño, pese a nacer completamente sano, mostró una momentánea delicada salud, enfermando periódicamente con facilidad, aunque progresivamente se iba recuperando t creciendo felizmente.
Desde muy joven se le adjudicaron diferentes tutores, como Sir William Sidney o Sir John Cornwallis y fundamentalmente Eduardo Seymour, duque de Somerset. Como se ha dicho, el joven príncipe fue objeto de todo tipo de atenciones, llegando incluso a tener una Cámara Privada de consejeros desde los 3 años. Era un niño feliz, que acostumbraba a jugar y bailar despreocupadamente por palacio. En conjunto, recibió una educación sumamente esmerada, llegando a aprender latín, alemán o griego. Las fuentes mencionan, que el niño, aunque poseía un cierto aspecto enfermizo, era realmente hermoso y parecía feliz, con un comportamiento adecuado. De hecho, un embajador del Imperio llegó a declarar que era “el niño más hermoso que jamás había visto”. Pronto sufriría las primeras fiebres, concretamente en octubre de 1541 que asustó sobremanera a su padre, ya que se llegó a temer incluso por la vida del pequeño Eduardo. Poco después, cuando Enrique preparaba la separación de su quinta esposa, Catalina Howard, un médico de la corte le pronosticó una vida corta….sin embargo, en aquel invierno de 1541, consiguió volver a recuperarse, mientras se hacía efectiva poco después la ruptura de su padre con su quinta esposa ya mencionada, aunque su delicada salud no era ignorada por nadie...
Pese a todo, con seis años, el niño siguió creciendo, “mayoritariamente entre mujeres”, recibiendo enseñanzas de los humanistas ingleses Richard Cox y John Cheke, procedentes de la Universidad de Cambridge. La inteligencia del pequeño era viva y palpable y pronto, en 1544 leería entre otros, a Catón, Plinio el Joven, Tucídides, Herodoto… A partir de 1546, a su ya sólida formación le uniría el aprendizaje del francés y fue capaz de recibir en febrero de 1547, poco después de la muerte de su padre al embajador francés de Selve y hablar con él en un más que notable latín. E incluso no es ninguna exageración, según narra François de Scépeaux, en 1550 el niño chapurreaba también en español e italiano, lo cual nos puede dar una ligera idea de las capacidades de Eduardo. A partir de marzo de 1551, el joven príncipe Eduardo comenzaba también a tomar clases de griego, leyendo desde muy pronto a Isócrates.
Como se ha dicho, el 28 de enero de 1547 fallece Enrique VIII, dejando como heredero del reino a su joven hijo Eduardo. Su coronación tendría lugar el 20 de febrero de 1547 en Londres, yendo desde la Torre a Westminster por el río Támesis en medio de las aclamaciones de la capital inglesa. En él veían la esperanza de un reino grande y próspero, que caminase hacia la paz y que solventase los problemas interiores y las luchas que lo atenazaban. Hay que recordar que por aquellas fechas, Inglaterra se hallaba inmersa en guerra contra Escocia y su aliada Francia…
Pero de su coronación, de los acontecimientos políticos y de la regencia que ejercería Eduardo Seymour, primer duque de Somerset, hermano mayor de la fallecida Jane (madre de Eduardo) y Lord Protector del reino (debido a la tierna edad del príncipe) hablaremos en otro momento. Por ahora, nos centraremos en la infancia y educación del príncipe, un tema que no está tan tratado como otros y menos aún en un monarca tan efímero como el presente. Mi intención con este pequeño artículo no es tratar la situación política de Inglaterra en aquel entonces, sino simplemente hablar de la educación e infancia de este príncipe, que me pareció sumamente interesante. Detrás de la política, de las instituciones de las guerras o de las reformas siempre hay hombres, y de eso es precisamente de lo que trata esto, del pequeño Eduardo.
Sin embargo, de su educación religiosa no nos ha llegado tanta información, aunque si sabemos que fue educado en el seno de las nuevas ideas anglicanas, y que sintió un profundo desprecio por las creencias católicas de su hermana María, la cual nunca renunció al catolicismo, ni siquiera en sus momentos más bajos. Sin embargo, se ha de decir que algunos de sus primeros tutores en materias religiosas no eran exactamente anglicanos por así decirlo, si no que eran partidarios de las ideas humanistas y seguidores de Erasmo, Sin embargo, pronto (hacia 1547) serían sustituidos por partidarios de la reforma de la Iglesia en Inglaterra, como John Pilkington, Anthony Otway, Giles Eyre o Roger Tonge. Eduardo también fue un alumno muy aplicado en cuestiones religiosas y pronto escribiría algún pequeño tratado religioso, criticando al Papa severamente e incluso comparándolo con el Anticristo. Sería también de aquellas fechas de cuando tiene lugar el famoso grabado donde aparece el joven príncipe con elementos del poder mientras que a sus pies sale el Papa tildado de poco menos que de idólatra. Este rechazo al catolicismo que desde muy joven nutrió también se refleja en el hecho antes narrado de que siempre se opuso férreamente a que su hermana María tuviese algún derecho al trono, negándoselo por completo e insistiendo en la condición de la hija de Catalina de Aragón como ilegítima.
Sin embargo, la educación del pequeño príncipe no sólo eran lenguas, literatura y materia religiosa, sino que también contó de nociones de matemáticas, geometría y astronomía así como de geografía, aprendiendo de mapas de Sebastián Cabot, hijo del famoso John Cabot, marino italiano al servicio de Inglaterra que en 1497 cruzó el Atlántico llegando a costas canadienses. Aunque es más que probable que su formación en geografía fuese mucho más allá que simplemente mirar mapas. También se adentró en Whitehall de la mano de William Thomas en el mundo de la archivística, aprendiendo a leer y redactar actas del Parlamento, tratados… todo esto cuando tenía trece años. Y por si fuera poco, también fue instruido en la música, aprendiendo también con trece años a tocar el laúd, tal y como hiciera su padre. Su maestro en cuestiones musicales fue el holandés Philip van der Wilder, que también desempeñaría en la Cámara Privada de consejeros de Eduardo.
Hasta aquí podríamos hablar de la formación intelectual del joven príncipe, el cual si bien tenía unas condiciones verdaderamente brillantes, la educación recibida fue en consonancia con ellas. La esperanza del reino pues, había sido hábilmente instruido en casi todas las ramas del saber a su joven edad. Se le tenía por perfectamente preparada para afrontar los destinos de Inglaterra. Pero en enero de 1553, Eduardo enferma gravemente, con “elevadísimas fiebres y dificultades al respirar” como mencionó el embajador del Sacro Imperio Romano Germánico. Conseguiría recuperarse hacia abril de ese mismo año, en sus visitas a los parques de Greenwhich y Westmisnter, pero pronto volvería a enfermar y en junio su estado pasaba a ser grave, postrado en la cama y dedicado únicamente a contemplar los barcos que pasaban por el Támesis. Su última aparición en público sería el 1 de julio de 1553, donde los que le contemplaban se horrorizaron ante su delgadez y su palidez y finalmente fallecía el 6 de julio en Greenwhich.
La esperanza de Enrique VIII pues, se tornaba fracasada. Al poco de morir estallaban nuevas rebeliones y movimientos. Jane Grey tomaba el trono inmediatamente, pero el 19 de julio de ese mismo año era depuesta por María Tudor, siendo uno de los reinados más efímeros que se recuerdan. Y si todavía hoy los ingleses recuerdan a María, es por su implacable represión antiprotestante (que de ningún modo resultó ser peor que la de su padre Enrique VIII o la de su hermana, la futura Isabel I).
Podría ser este uno de esos momentos en los que el azar interviene y parece que juega a los dados con los destinos de todo un reino. Nadie sabe lo que hubiese pasado de haber sido un niño sano. No es el único caso, ya que no son pocas las veces en la que la historia cambia brutalmente de rumbo por culpa de un evento, a veces de una casualidad. No hay más que recordar la inesperada muerte de Federico I Barbarroja ahogado en un río en 1190 cuando se predisponía a entrar como cruzado con un inmenso y poderoso en Tierra Santa. ¿Consecuencias? Nunca se podrá saber. ¿hubiese Eduardo convertido a Inglaterra en un reino estable y poderoso? ¿lo hubiese pacificado?¿hubiera sido el rey esperado? O por el contrario, y mirando a lo acaecido en 1588, ¿hubiese caído bajo las fauces de otra potencia como España el reino de Inglaterra?¿hubiese sido capaz de asegurar la independencia y la soberanía de Inglaterra como lo hizo Isabel? Todas estas son preguntas, que evidentemente, no tienen respuesta. Ni la tendrán nunca.



Juan Antonio Parejo Delgado

-“Edward VI”, Jennifer Loach, Yale English Monarchs, Londres 1999
-www.wikipedia.org (version inglesa)

Apuntes de clase, días 10 y 11 de diciembre 2009

ÁMBITOS DE ESTUDIO


-Instituciones.

En este apartado distinguimos dos corrientes bien diferenciadas, cuyo debate aún subsiste hoy en día. Sin embargo, sería preciso señalar que en medio de estas dos posiciones existen no pocas posturas intermedias:

-Estatalistas: según esta corriente de historiadores, con el inicio de la Edad Moderna nace el llamado estado moderno (con su burocracia e instituciones), debido a un claro predominio del monarca frente a la nobleza y las ciudades. Se produce pues, una clara tendencia centralizadora como consecuencia de la victoria de los reyes. Un ejemplo muy claro de esta centralización será Francia, concretamente desde la llegada de los Borbones al poder, cuyo poder se trasladará en el S.XVIII a España, con el famoso Decreto de Nueva Planta, por citar algún ejemplo. También en otros países como en Inglaterra con la dinastía Tudor, en Dinamarca-Noruega (lo nombro así porque algunos autores así lo hacen, ya que Noruega seguía teniendo una identidad más o menos reconocida dentro de la monarquía danesa)con Cristián IV o en Suecia con la nueva dinastía de los Vasa se producirá un fenómeno semejante. Este nuevo proceso de centralización pues, será clave según la opinión de estos especialistas. Añaden que el poder del jefe del estado está mucho mejor definido que en épocas anteriores, aunque persista la concepción patrimonialista de éste.

-No estatalistas: esta corriente se contrapone, según la cual el llamado estado moderno aún no se construirá sino hasta mucho más tarde, concretamente hasta los S.XVIII-XIX. Defienden que en realidad el poder del rey se asentaba claramente sobre cimientos de relaciones personales, de favor y de clientelismo. Recuérdese que estamos hablando del llamado sistema polisinodial o de multitud de consejos, órganos colegiados de 6, 8 o 10 personas en los que caía la labor asesora hacia el monarca, que no una labor ejecutiva o vinculante de ningún tipo. Aunque eso sí, podrían actuar como tribunales supremos. Además, los consejos de cada reino actúan cada uno casi como entes independientes. En su seno, por si fuera poco existían numerosas pugnas entre clanes o familias rivales con distintos intereses personales. Esto no era sino un reflejo más de la personalización del poder que se sigue dando en esta época (otro argumento más a favor de esta tendencia). Existían por otra parte dos tipos de consejos: territoriales (dedicados a cada territorio de cada reino, en la monarquía hispánica Castilla, Aragón, Indias, Italia, Flandes, y Portugal desde 1581) y temáticos (Estado, Inquisición, Guerra, Órdenes Militares, Hacienda… ).
Su función era consultiva (con deberes administrativos) y judiciales como se ha dicho, por lo que no existía una división de poderes (otro argumento a favor). Entre los Consejos y el rey, ejercerán de intermediarios los secretarios, cuya importancia será muy importante (como Antonio Pérez), ya que trasladaban (muchas veces de manera sesgada) las opiniones o decisiones de los Consejos al rey en persona. Este sistema polisinodial presenta por el contrario otro inconveniente, el de problemas de jurisdicción, ya que no estaba muy bien limitado donde empezaba y donde acaban las limitaciones de ámbitos o competencias de cada consejo, pudiendo chocar pues, por citar algún ejemplo, Indias y Hacienda por un motivo de nuevos impuestos en Sevilla. Así pues, no pocas veces no se sabrá con exactitud quien debía ocuparse de algún tema en concreto.
Los no estatalistas pues, mantendrán que los consejos eran más bien autónomos. Debido a las ya citadas relaciones clientelares, se convertirán en espacios de sociabilidad muy importantes, donde unos y otros reciben favores o bienes a cambio del otro. De este modo se produce una clara matización de la autoridad real, que por su parte, necesita siempre de una negociación con la nobleza o las ciudades para imponer su poder.



-Textos (Hª conceptual).

Las diferentes monarquías europeas de la Edad Moderna estarán imbuidas de un componente doctrinal muy fuerte. El rey recibe el poder directamente de Dios, y ante él es solamente ante quien deberá rendir cuentas cuando muera de su reinado, siendo rey como comúnmente se conoce “por la gracia de Dios”. Por otra parte, no desaparecerá en muchos lugares la idea de que el rey ha de respetar la ley, debiendo de ser justo. De lo contrario, el rey pasa a ser tirano, y los súbditos pueden perfectamente forzarle a que abandone el trono o al tiranicidio. Por citar algunos ejemplos, podríamos mencionar las exigencias comuneras de 1520-1521 y su reconocimiento a Juana la Loca como reina en lugar de a Carlos, la revuelta en Dinamarca en 1523 contra Cristián II (último rey de la Unión de Kalmar, apodado precisamente Cristián el Tirano) o la ejecución de Carlos I de Inglaterra en 1649 tras sus once años de tiranía (1629-1640) y la posterior revolución.



-Propaganda y legitimación de las monarquías (nueva Hª cultural).

En numerosas ocasiones, se presentaba el poder del monarca a través de la recepción en sus súbditos mediante mensajes, así como su ideología (por llamarlo de alguna manera). Esta ideología se plasmará de manera oficial en la correspondiente simbología oficial, como pudiesen ser las monedas y las imágenes que aparecen que ellas, monumentos de diversa índole como El Escorial, crónicas de diversa índole, diversas manifestaciones artísticas etc. Las grandes monarquías europeas de la época hicieron un gran esfuerzo en este campo, entre otras cosas intentado ensalzar la figura del rey, y enlazándolo con la religión como antes ya se mencionó en el anterior punto. Además, esta simbología, esta propaganda serviría para asentar el poder del rey entre el pueblo llano, el cual al no existir medios de comunicación ni nada por el estilo, identificaba, por poner un ejemplo, a ese hombre que aparecía en sus monedas como su soberano, cimentándose así desde la base el poder del rey.




LA CIENCIA MODERNA: LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA.




INTRODUCCIÓN.



En los siglos XVI y XVII tendrá lugar un cambio sustancial dentro de las bases del mundo del conocimiento y del saber en Europa. Se trata de un proceso mediante el que la ciencia inicia un imparable despegue debido a causas de diversa índole (económicas, sociales, políticas, religiosas…) que sería muy largo tratar aquí y que sentarán las bases de la expansión económica de la época así como de la futura Revolución Industrial.
La Revolución Científica partirá desde dos puertos diferentes pero interconectados entre sí: el desarrollo de los conocimientos teóricos (como la teoría de la gravedad) así como de los avances técnicos (la máquina de vapor, los altos hornos…). Esta revolución hunde sus raíces en la Edad Media, donde el conocimiento era un mundo más bien cerrado, muy influenciado por la teología, los autores clásicos o por el tomismo entre otros. En la Edad Moderna, la experimentación y los nuevos métodos científicos irán ganando peso poco a poco. Aparecerán pues nuevas teorías como el heliocentrismo, la gravedad… así como avances en todas las ciencias como en la física, la botánica, la medicina, la química. Y dentro de los avances técnicos habría que citar entre otros los acaecidos en la industria textil, la militar, en la navegación, en la arquitectura etc. Hablar de ciencia moderna es hablar de nombres tan prestigiosos como Copérnico, Galileo, Kepler, Stuart Mill, Leibniz, Newton, Brahe, Servet y un largo etcétera, muchos de los cuales, y ya todos conocemos muchos nombre, hubieron de enfrentarse no sólo a la ignorancia y al desconocimiento acerca de algunas materias, sino también, como genios y precursores, a elementos de la época aún férreamente anclados al pasado, tal fue el famoso caso de Galileo. Y eso es algo que engrandece su labor. Ni tampoco deberíamos olvidarnos del papel vital jugado por la imprenta, inventada en el siglo XV por Johannes Guttemberg. Esto permitió la difusión de conocimientos por todo el continente europeo, lo cual repercutió sobremanera en el desarrollo de la ciencia y la técnica en la Edad Moderna.



BASES DE LA CIENCIA MODERNA



-Herencia medieval

Cuando nos disponemos a hablar de Revolución Científica no se puede hablar, por otra parte d ruptura con la precedente época medieval, ya que los precedentes ya estaban sentados por ejemplo desde el siglo XIV y el Renacimiento italiano, siendo también el siglo XV una centuria de gran desarrollo científico-técnico, como lo puede demostrar la invención de la imprenta, las teorías heliocentristas de Copérnico o las mejoras sustanciales en el uso de la pólvora que mostraron los turcos en su expansión. Y además, desde el XIV ya había pensadores que estarían iniciando una época de tránsito hacia la época moderna, como Roger Bacon, Juan Buridán o Guillermo de Ockham, los cuales en su obra y pensamiento se fueron apartando poco del clásico tomismo medieval y otras fuentes de conocimiento, apostando por un incipiente método científico que se fuese apartando poco a poco del dogma.
Bacon defenderá de algún modo la independencia de la ciencia con respecto de las influencias aún presentes en su época de Aristóteles, construyendo un nuevo método basado en la razón y en la experiencia, dejando a un lado, como se ha dicho, la cuestión de la fe. Propuso centrar menos atención en los textos escolásticos y estudiar más según métodos experimentales, como demostraría en sus investigaciones en campos como la alquimia o la astrología. Es muy destacable su famosa frase de que las matemáticas son “la puerta y llave de toda ciencia”.
El también inglés Guillermo de Ockham, pionero del nominalismo y considerado por algunos el padre de la epistemología, realizó con su teorías (y su famosa navaja) una primera apertura al empirismo (que luego servirá a los futuros empiristas ingleses del XVII como Hobbes y Locke), señalando que el conocimiento se capta a través de los sentidos, no por la fe. Trabajó en campos tan diversos como el derecho o la lógica.
Juan Buridán, por su parte, en la primera mitad del siglo XIV se dedicó al estudio de la física formuló su “Teoría del Impetú”, por la que rebatía muchas de las teorías formuladas en su día por Aristóteles en este campo, aunque posteriormente intentó conciliar sus teorías con las del gran sabio griego.

-Descubrimientos geográficos

El siglo XVI es el siglo de los descubrimientos y las exploraciones geográficas por antonomasia. Poco a poco, los protagonistas de estos se van alejando de la tradicional cartografía de Ptolomeo. Surgen nuevas escuelas cartográficas como la famosa de Mallorca de la Baja Edad Media. A la vez, por influencia y contactos con el Islam y con Oriente, llegan nuevos instrumentos, como la brújula, instrumentos de medición etc. También se mejoran las técnicas de navegación, abandonando la tradicional navegación de cabotaje y adentrándose en las profundidades de grandes mares, muchos de ellos hasta ahora no explorados. Esto se debe también a grandes escuelas de navegación, como la del portugués Enrique el Navegante y su escuela de Sagres del S. XV y o la labor realizada en la Casa de Contratación de Sevilla.
Y por supuesto, habremos de hacer mención a los descubrimientos geográficos y a los grandes marineros de la época, que ofrecerían una imagen del mundo mucho más amplia y real de lo que era hasta entonces, llegando hasta confines hasta entonces inimaginables. Pero como casi todo, esta época de descubrimientos hunde sus ráices en la época bajomedieval, donde ya se habían realizado expediciones con la de Ibn Battuta, la llegada a las Canarias o las Azores por parte de portugueses y también de castellanos o genoveses.
Ya en época moderna, habremos de abreviar bastante, destacarán los viajes de los portugueses por todo el litoral africano, doblando Bartolomé Dias el Cabo de Buena Esperanza en 1488 y llegando Vasco de Gama en 1498 a la India. Incluso serían capaces de llegar al lejano Japón en el siglo XVI, estableciendo factorías desde Ceuta hasta la India.
Los castellanos se dedicaron a la exploración del Atlántico, cerradas las puertas a Asia por los turcos en el camino Mediterráneo y por los portugueses por la vía africana. En 1492, Colón llega a América (con su enorme repercusión durante el siguiente siglo), en 1513 Núñez de Balboa llega al Pacífico y entre 1519 y 1522, la expedición de Magallanes-Elcano es capaz de dar por completo la primera vuelta al mundo. Para hacernos una idea de la tremenda labor de expedición y de los viajes de los marinos castellanos, en 1576 Juan Jufré y Juan Fernández llegaron a alcanzar la actual isla norte de Nueva Zelanda.
Pero aunque España y Portugal fueron las evidentes protagonistas de estas expediciones, también otros países mandaron a sus marinos a la aventuras. Tal es el caso del inglés John Cabbot en 1497 y su llegada a Canadá, la del francés Cartier a las Indias Occidentales, los viajes interoceánicos de los holandeses o incluso, como anécdota, el primer poblamiento en el siglo XVII de Delaware (EEUU) por colonos bajo bandera de la lejana Suecia, aunque aparte de suecos también marcharon alemanes, estonios, fineses, noruegos o daneses. Para el siglo XVIII quedarían ya las investigaciones científcas, como la de Humboldt en Sudamérica, pero ese sería ya otro tema a tratar, que no entraría aun en este presente cuatrimestre…

-Nuevas Instituciones Científicas

Se caracteriza también la Edad Moderna por la creación de nuevas universidades en toda Europa. Tendrán una gran papel en lo político, ya que servirán de escuela para muchísimos hombre que luego ocuparían cargos en las instituciones de cada país, como oficiales, letrados, consejeros, secretarios…Aquí en España se crean las de Barcelona en 1450, santiago en 1495 o Alcalá de Henares por el Cardenal Cisneros en 1499, la cual es para muchos el precedente de nuestra actual Universidad Complutense de Madrid. En Europa se crearían también nuevas universidades, como las de Glasgow, Copenhague o Múnich. Sin embargo, al igual que podría suceder en otros países europeos, la universidad española abogaba más por la enseñanza (especialmente de carreras que hoy catalogaríamos como de humanidades) más que por la investigación científica. Aún así, el profesorado experimenta una notable mejora en su preparación así como en sus métodos didácticos.
La ya citada falta de investigación en el mundo universitario (o por lo menos en fechas tempranas y en la mayoría de las universidades) se compensó con la labor de mecenazgo de numerosos aristócratas (los famosos Médici) o monarcas (Francisco I) y con la creación de las primeras sociedades cinéticas, como la del Licei en Roma en 1603, la Academia Francesa de 1635 o la inglesa Royal Society de 1660. Estas sociedades se trataban de asociaciones de eruditos y estudiosos de una respectiva ciencia donde reunían y exponían sus trabajos, los discutían, los aprobaban… Tenían financiación estatal en muchos casos y agrupaban muchas y diversas ramas del saber, tales como la física, las matemáticas, o la botánica.
Y a partir del siglo XVIII, gracias a las mejoras técnicas experimentadas por la imprenta, tiene lugar el nacimiento de la llamada prensa escrita, de vital importancia a la hora de difundir los acontecimientos políticos de la época o los descubrimientos científicos. Sin embargo, sería de justicia señalar, que los primeros “periódicos” datan del siglo anterior, como así lo podría atestiguar el que todavía hoy sigue siendo el diario más antiguo del mundo, el Post-och Inrikes Tidningar, impreso en Suecia y que data de nada menos que de 1645.
Y por último, relacionado con el anterior tema de las exploraciones y descubrimientos, habría que citar la tremenda mejora llevada a cabo en el campo de la cartografía y de la geografía, que acabaría por desechar la cosmovisión tradicional de Ptolomeo. Como hemos dicho, se ampliaron horizontes y se abrieron numerosas puertas que hasta entonces ni siquiera se pensaba que existieran. Se crearán también, nuevas instituciones y sociedades dedicadas a estos estudios que tenían una importancia vital también en campos estratégico-militares. Para dejar una señal de los avances en esta materia, durante la época de Carlos V se llegaron a elaborar mapas con un error de tan sólo 5-6 metros, algo que no se lograría mejorar sino hasta el siglo XIX.

-Fundamentos filosóficos

También en el campo de la filosofía se dedican numerosos esfuerzos para su estudio, surgiendo una gran cantidad de nuevas tendencias que tendrán como objeto de estudio al poder político (Maquiavelo, Bodin, Motangnes, Hobbes.. ) y también las aportaciones de la filosofía moderna al campo de la investigación y la técnica.
Destacarán nuevos autores como el calabrés Tommasso Campanella (1568-1639) cuya principal aportación, entre otras muchas, será el de la “duda metódica”. Cree, como Roger Bacon, en la llegada al conocimiento por medio del estudio y la racionalización de la naturaleza. Sus teorías luego serían tomadas por Descartes o Kany
Con Francis Bacon (1561-1626), llega la idea de que la ciencia otorga poder y dominio al hombre sobre la naturaleza, lo cual le permitirá mejorar sus condiciones de vida. Con él, aparecerá la famosa escuela empirista contrapuesta a la racionalista de Descarte, y algunos de sus seguidores serán Hume o Hobbes. Deducirá que el conocimiento es ante todo, fruto de la de la observación y la experiencia. Se propuso, y fue uno de sus mayores logros, el desarrollo del método científico.
René Descartes (1596-1650) propuso que la llegada al conocimiento tenía lugar a través primero de la duda metódica, de la que se habría de pasar a un proceso de estudio racional de las cosas, y sería precisamente a través de la razón de donde procedería el conocimiento, en contraposición a la escuela empirista ya citada. Famosos seguidores de este francés serían Spinoza, Locke, Kant, Leibniz… pero no sólo se dedicó a la filosofía dentro del mundo del saber, sino que también se interesó por el conocimiento de otras materias como las matemáticas, la óptica o la física. Fue un personaje muy famoso en la época, viajando por numerosos países en busca de conocimiento, y prueba de su fama, es que la reina Cristina de Suecia le llamó para que la instruyese en la Corte sueca en 1649. Sería precisamente allí, en Estocolmo, un año más tarde, donde acabaría falleciendo a causa de una neumonía.
Como hemos podido ir observando, a lo largo de la Edad Moderna, con sus precedentes bajomedievales, la filosofía iría inspirando la creación del método científico, con una separación entre la fe y la ciencia, que sería clave a la hora de llegar al conocimiento de las cosas que al hombre le rodean y su posterior dominio, bien sea por la experiencia y sentidos (empirismo) o la razón (racionalismo). Con el prusiano Inmanuel Kant en el siglo XVIII esta separación se establecería de manera casi definitiva, y el ritmo de ampliación del conocimiento se aceleraría aún más. Se abriría una nueva época en el siglo XVIII: la Ilustración.

Juan Antonio Parejo Delgado