miércoles, 18 de noviembre de 2009

Apuntes de clase: 12 y 13 de noviembre de 2009

Las Letras de Cambio son grandes propiciadoras del desarrollo económico hasta ahora comentado. Fueron usadas hasta hace pocas décadas. Permiten mover dinero sin que físicamente se mueva, es decir, un individuo da su dinero a un tomador, normalmente a un banquero, a modo de pagaré que el banquero envía a su intermediario en el lugar al que el individuo quiere llevar el dinero. Éste lo recibe y lo transforma en dinero que entrega al librado. El receptor da la confirmación del recibimiento del dinero, produciéndose la cadena en sentido inverso. Así se ahorraron multitud de movimientos, dinamizando la economía.
Aparecen el crédito (prestación de dinero) y la transferencia (con incremento del pago debido a los intermediarios). Permiten circular fácil y rápidamente el dinero entre muchos puntos, pero con riesgo al endoso, cuando el acreedor cambiario pone a otro en su lugar, transfiriéndole el crédito con efectos. Por una larga y complicada cadena de endosos, el solicitante del crédito terminaba legitimado. Por entonces ya había recurso a los préstamos.
El Estado comienza a emitir el título de deuda pública. Hay dos tipos de deuda pública:
• Deuda pública flotante: Contraída por una casa bancaria o Estado, a corto plazo y más cara que la consolidada.
• Deuda pública consolidada: Más diferida en el tiempo (cinco o diez años), e intereses reducidos, por lo que más barata que la flotante.
En España, será conocida como los juros, oficiales desde el siglo XIV y con tres tipos: vitalicios, perpetuos y al quitar. En Francia, fueron las Rentes de la ville. En varios países también tuvieron nombre propio. A veces, llegaron a emitir deuda pública ciudades, como Madrid en tiempos de Carlos III.
Comienzan a verse desarrollados bancos de titularidad pública, los llamados Montes de Piedad, para favorecer a los más pobres. En esta época comienza su desarrollo la Banca, en principio de bancos nominales, no de grandes corporaciones como en la actualidad. Su gran desarrollo comienza en Génova, Florencia y la zona colindante. A finales del siglo XVIII aparecen los primeros grandes bancos nacionales, siendo el primero el Banco de Inglaterra, establecido en 1694, y continuando Holanda, Francia… En España llega con el Banco de San Carlos, por Carlos III en 1782. Junto a la banca pública, prolifera la banca privada.

Evolución de la economía por épocas:

Siglo XVI:

Características:
• Desarrollo económico, llegada de oro y plata de América.
• Nuevos instrumentos financieros (seguros, sociedades por acciones…).
• Incremento de la actividad comercial.
• Desarrollo industria.
• Ferias y mercados. Aumento de préstamos bancarios.

Siglo XVII:

Características:
• Crisis económica y demográfica en diversos países. Descenso de las temperaturas.
• Diversas interpretaciones de ésta:
o Ronald Mousnier: La crisis afecta a todos los niveles (política, religión, economía, mentalidad).
o Eric Hobsbawn: Crisis económica que provoca las demás; no igual en todos los países. Paso del feudalismo al capitalismo.
o Hugh Trevor Roper: Crisis social de relaciones entre Estado y sociedad, Corte y País…
o Otros: Siglo de cambios y reajustes, no crisis, dadas las potencias emergentes.
• Agricultura sector predominante, imperando cereales y creciendo el cultivo de maíz, patata, arroz… menos legumbres y frutas. Más comercialización vitivinícola.
• Desarrollo del mercado de flores; primera crisis de especulación en Holanda con los tulipanes.
• Menos demografía = menos producción = subida de los precios = problemas en el cambo y ciudad = revueltas = cambios.
• Otras industrias de lujo: cristal, sedas, joyería, relojería, carruajes, nuevos paños, licores, cerveza, tabaco…

Siglo XVIII:

• Mejora de la demografía y economía. Aumento de la población. Expansión del tráfico transoceánico, con más intercambios comerciales.
• Avances en la agricultura (Nordfolk system). Estructuras vinculadas al comercio, al haber más producción y mentalidad para el comercio. Aparecen las bodegas en lugares de España como Jerez de la Frontera, algunos con financiación inglesa.
• Aumento de las zonas cultivables
• Tratado de agroeconómicos, interés por mejorar la economía en Inglaterra, Francia, Alemania…

Industria:

En el siglo XVIII existe una convivencia entre la industria tradicional (el gremio) y la manufacturera (protoindustrial). La industria comienza a desarrollarse gracias a la creciente economía de mercado y la expansión comercial. Se introdujeron modificaciones en los métodos y organización de la producción, además de observar los cambios en las posibilidades técnicas y en las variaciones del gusto de los consumidores. Esta intromisión resultó más difícil y lenta en la industria, al entrar en conflicto con las estructuras productivas, legales y mentales heredadas de los siglos anteriores.

Uno de los principales factores del aumento de la industria, y su consecuente transformación, fue que comenzó a ser destinada a un cliente anónimo, no a mercados próximos o a clientes conocidos. Ello proporcionaba seguridad a los vendedores y productores en la relación artesano-cliente; ahora preocupará a industriales por la eficiencia de los modos de producción, la cantidad antes que la calidad y la necesaria sensibilidad y flexibilidad para adecuarse a los cambios que requiere una sociedad como la de consumo. La organización de producción y su distribución comenzó a ser tanto o más importante que la elaboración del producto. Comienza a aparecer el empresario industrial, desplazando al pequeño artesano, muy habilidoso pero sin tan notable capacidad organizativa: organiza la producción, contrata trabajadores, articula la distribución… Estos “comerciantes-industriales” fueron la transición en el siglo XVIII entre el artesano y el empresario industrial capitalista. Los trabajadores también cambiarán: al primar la producción en mayor cantidad posible en menor tiempo, se buscó mano de obra no cualificada: campesinos, oficiales artesanales o desempleados de las ciudades.
No obstante, los gremios no desaparecerán hasta finales del siglo XVIII. No podrán superar a las industrias dada su falta de competitividad y de proliferación, para lo que es necesaria la libertad económica que, por conveniencias, privilegios o leyes, no tenía. En lugares como Inglaterra o los Países Bajos o estaban tan asentados como en Europa Central o España. En los primeros, las leyes comenzarán a recortar sus privilegios en la segunda mitad del siglo.
Paralelamente surgió una industria a domicilio, localizado en el ámbito agrario: los comerciantes-industriales daban materiales y tiempo a los campesinos de poblaciones cercanas a la costa para realizar una labor concreta, normalmente relacionada con textil o menaje y sencilla. Abrió nuevos mercados y fue positivo económicamente en un primer momento, pero las nuevas demandas de aumento de la productividad y reducción de costes, además de la intromisión de máquinas y la concentración en puntos concretos de mano de obra, dejó obsoleto este sistema.
En cuanto a la concentración industrial, ésta no fue una novedad del capitalismo, pues ya existía en lugares como Francia (Oberkampf, de mil trabajadores), Inglaterra (Wilkinson, de dos mil trabajadores). En España hubo ejemplos no tan numerosos, como la Real Fábrica de Paños de San Fernando. El Estado financió muchas iniciativas, especialmente las relacionadas con la industria marítima. Aportaron muchos avances técnicos, pero no tantos avances económicos, dada su escasa competitividad.
A pesar de esto, la localización rural de la industria va a condicionar la localización geográfica de éste. Va a tener un carácter regional, más que nacional

Los tipos de industria que destacarán serán principalmente tres:

Construcción:
Crecimiento durante el siglo XVIII, gracias a las necesidades del monarca por construir grandes edificios que mostraran su gran poder, especialmente en el absolutismo (es ejemplo el Palacio Real de Madrid), y al crecimiento demográfico y urbanístico, que requería más viviendas. Serán edificios eminentemente civiles. También se destaca una “manía” de las élites por reformar sus viviendas urbanas y construir viviendas alternativas en el campo.

Textil:
La “nueva pañería” ligera de finales del XVI no logra competir con la industria de las bayas o el algodón, principal material. La lana deja de ser principal producto en torno a 1770, cuando comienza a ser difícil de conseguir.
La lencería del lino y la elaboración del cálamo evolucionaron hasta sufrir la competencia algodonera. En Silesia, el lino fue de gran y competitiva calidad. La seda siguió con impero y decadencia en el mediterráneo. En Piamonte o Valencia terminó trasladada a la industria a domicilio.
El algodón ya era usado desde el XVI en vestimenta, pero se puso de moda en Europa en el siglo XVIII emulando las llamadas “telas indias”, más ligeras y estéticamente más atractivas. Hubo gran proliferación y competencia hasta 1780, año en el que la ya muy avanzada industria inglesa se alzó con la victoria en competitividad. Esta superación se fraguaba desde 1740, año en el que introducen en la industria textil la mecanización.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII van a desarrollarse diversas máquinas que potenciarán determinantemente esta producción. La que más destaca la Spinning Jenny, de 1764 por obra probablemente de James Hargreaves, que permitía a un único trabajador manejar con ocho o más carretes de hilo a la vez. Su imitación en España fue la conocida como Bergadana, por su fabricación en Berga, Barcelona. Además de la Spinning Jenny, también hubo inventos anteriores, como el telar lanzadera volante de John Kay, 1733, y posteriores, como la Water Frame, de Richard Arkwright en 1769, que funcionaba con agua, y la Spinning-Mule (la “Mula”), de Samuel Crompton en 1779, que corregía algunos defectos de la Spinning-Jenny.

Metalurgia:
Claro impero del hierro, lo conocido como siderurgia. Además de la tradicional demanda para el ejército, aparece demanda en construcción (civil y militar), maquinaria y herramientas agrarias. El hierro en bruto provenía principalmente de Suecia y Rusia, esta última principal abastecedora desde 1780. En 1720 la demanda inglesa aumenta ante la necesidad de flotas mercantes y marítimas. La metalurgia también va a llegar a Alemania, zona de buena minaría, mano de obra habilidosa y abundante manera, intentando construir en Silesia unos altos hornos.

Minería:
Para la proliferación de la siderurgia, la minería fue necesaria a la hora de obtener carbón para hacerla funcionar. Inglaterra fue abundante en ella, teniendo hulla, carbón de buena calidad. También destacan en producción Lieja y Hainut (Francia) y el valle del Rhur (Alemania). El carbón será la principal fuente de energía de la I Revolución Industrial.

Comercio:

Va a ser determinante en el desarrollo industrial e ideológico del siglo XVIIII. El comercio, dados los beneficios económicos que daba a buen número de gente, va a ir poniéndose de moda. El título nobiliario, que fue la máxima aspiración para mucha gente a lo largo de los siglos, dejó de ser el principal y el único medio para el ascenso social. Un gran factor del desarrollo fue la seguridad de esta actividad, al aumentar los mercados y reducirse la especulación, regularizado la actividad. Derivó en mejoras navales, portuarias, de almacenaje y distribución, aumentando transacciones y oportunidades comerciales. Al tiempo que aumentó el número de comerciantes, disminuyeron los márgenes de beneficio. También aparecieron las redes comerciales, aglutinando a varios comerciantes que ampliaron el espectro comercial de cada uno y ayudaron a crecer el comercio. Dada la recaudación fiscal que otorgaba, los gobiernos no tardaron en fomentarlo.
El comercio europeo va a desarrollarse en torno a tres grandes ámbitos:

Comercio terrestre:
Desde la Baja Edad Media, lento, inseguro y sujeto a barreras institucionales. En el siglo XVIII, el monopolio estatal de la violencia le dota de seguridad. Para acabar con las aduanas, tema muy conflictivo, el Estado tuvo que financiar a los beneficiados de éstas, a la vez que les socavaba los privilegios. Con Colbert, Francia suprimió sus peajes internos en 1664, sin ser abolidos totalmente hasta 1790. Los Habsburgo acabaron con ellos en 1775. En Inglaterra, el Parlamento autorizó a empresas privadas desde 1663 a mantener los caminos a cambio de peajes. La construcción de canales siguió una trayectoria similar.


Comercio marítimo:
Principal transformado. Holanda demostró en el XVII la relevancia que este tipo de comercio podía tener para la economía de un país, por lo que comenzó a generalizarse con la construcción de flotas marítimas con posteridad. En el XVIII navegar es más seguro, dado el aumento del tráfico y la disposición militar del Estado. Los precios, por tanto, disminuyeron. Proliferaron astilleros y arsenales, también con ayudas del Estado. El comercio marítimo se concentró en muy pocos puertos, los que tenían las condiciones necesarias y capacidad para el comercio. Ello logró concentrar en los susodichos a comerciantes, capitales e ideas, positivo para la expansión.

Comercio ultramarino:
Mueve menos cantidad de mercancía, pero, dada su dificultad y lejanía, es el que más estimula el sistema económico. En Europa se sabía que era el que más rentabilidad podía dar, así que comenzaron una serie de avances técnicos a lo largo del siglo XVIII para resolver sus carencias, desde sistemas de almacenamiento y distribución hasta de organización industrial. Con privilegios estatales y capital privado, las compañías tienen como objetivo explotar determinadas regiones o productos. Además de las potencias tradicionales, se unen ahora Dinamarca, Suecia, Austria, Prusia y Rusia. Sus resultados fueron la intensificación del comercio en el océano atlántico y el aumento de los intermediarios en el comercio mundial, significativamente en Asia.
En el caso de América, los europeos van a aumentar su relación económica y población en la zona. Así pues, comenzaron a explotarse las colonias de cada país, obteniendo materias que posteriormente sirvieron para el comercio. Para las plantaciones, se desarrollará un comercio de esclavos que las sustente. Tanto los víveres para alimentar a esclavos y demás trabajadores como aquello que produzcan montará un círculo comercial.
En Asia aumentó enormemente la presencia europea. Los portugueses retrocedieron, los holandeses se concentraron en Indonesia, y la disputa entre Inglaterra y Francia por la India terminó a favor de la primera. La relación con Asia se centró principalmente en las especias y textiles a cambio de metales preciosos europeos. Para reducir la desigualdad del comercio, se optó en ir directamente a los centros comerciales y las zonas de producción, en lugar de relegarlo en intermediarios asiáticos (principalmente árabes). Para ello se usó la diplomacia y el ejército en las luchas regionales de la zona, creando dependencia con los europeos, y controlando zonas de producción y productores, como ocurrió en las islas de Ceilán y Java. Así pues, se equilibró el comercio asiático y se preparó un futuro control europeo, por entonces en curso.

El siglo XVIII será la época del dominio comercial inglés, incuestionable dada su imponente flota. Tiene lugar en Inglaterra una “Revolución Financiera”. El Estado se había modernizado a raíz de la Revolución Gloriosa de Guillermo de Orange en 1688, que abre paso a la monarquía parlamentaria. La deuda pública consolidada es apoyada y garantizada por el Parlamento (seguridad a la hora de ser pagada, al contrario que los juros españoles). Se garantizaba la obligatoriedad del pago, el respeto a las condiciones firmadas (En España, se varió el interés) y como consecuencia, la existencia y desarrollo de un mercado segundario donde vender las letras, muy respetuoso y serio, por lo que prolifera. También el Estado inglés logra una buena captación de capitales. Va a disfrutar de una estabilidad política y un estímulo económico que invertirá en guerra (creación de un imponente ejército) y en aumentar los beneficios mediante inversiones, reinvirtiendo el dinero obtenido.

Doctrinas económicas:

Mercantilismo:

Se caracteriza por medir la riqueza de un Estado en oro y plata. Se trata de un conjunto de escritos económicos junto a la propia práctica económica entre la segunda mitad del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVII, principalmente. No es una teoría económica consolidada propiamente dicha. En España va ser lo que se llame el arbitrismo (de arbitrio, peticiones al Estado para realizar mejoras económicas). Antes del mercantilismo, habían tenido lugar diversas ideas escolásticas (contrarias a la usura, a favor del voto de pobreza…).
Será necesaria la intervención del Estado, dado su crecimiento y su deseo de intervenir en todos los aspectos de la vida económica; es una época de claro aumento del poder, con intervencionismo surgido tras la crisis del XIV. La intervención se realizará a partir de una que pretende:
• Media en el desarrollo económico, aumentando la riqueza y el poder de las élites. Cuanta más rica es la población, más se recauda.
• Acrecienta el nivel de ingresos fiscales (impuestos) y no fiscales (expedientes de rentas) que fluyen hacia el Estado desde todos los sectores de la economía para sostener el crecimiento militar y suntuario.
Desarrollo de los siguientes proyectos mercantilistas:
• Trato de favor a la producción de los territorios propios: proteccionismo y autarquía. Las políticas proteccionistas intentan sustituir los importes por medio de aranceles, siendo destacado ejemplo el de Jean-Baptiste Colbert, ministro de finanzas de Luis XIV de Francia. Por él, a esta doctrina se le denominó colbertismo.
• En el tercer cuarto del siglo XVIII se intenta promover y financiar desde el Estado a las empresas manufactureras.
Características básicas:
• La riqueza se mide en oro y plata (bullionismo).
• Poblacionismo: Un Estado es más rico cuanto mayor es su población.
• Para mayor cantidad de metales, los países sin minas buscan desarrollo de comercio e industria.
• Balanza comercial favorable: teoría de ventajas absolutas (cuanto más gana uno país, menos gana otro); en términos económicos, juego de suma cero. Un Estado debe vender más de lo que compra, y cuanto más autárquico sea, mejor.
• El objetivo final es fortalecer el Estado.
Cabe destacar que el mercantilismo no es un cuerpo coherente de doctrinas. Hay autores que no creen que existiese como escuela de pensamiento teórico, lo que si fue, en contraposición, la fisiocracia de François Quesnay.

1 comentario:

  1. La deuda pública emitida sobre rentas municipales de Madrid comienza en el siglo XVII. Véase al respecto los últimos trabajos de J. I. Andrés Ucendo

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