jueves, 17 de diciembre de 2009

Apuntes de clase, días 10 y 11 de diciembre 2009

ÁMBITOS DE ESTUDIO


-Instituciones.

En este apartado distinguimos dos corrientes bien diferenciadas, cuyo debate aún subsiste hoy en día. Sin embargo, sería preciso señalar que en medio de estas dos posiciones existen no pocas posturas intermedias:

-Estatalistas: según esta corriente de historiadores, con el inicio de la Edad Moderna nace el llamado estado moderno (con su burocracia e instituciones), debido a un claro predominio del monarca frente a la nobleza y las ciudades. Se produce pues, una clara tendencia centralizadora como consecuencia de la victoria de los reyes. Un ejemplo muy claro de esta centralización será Francia, concretamente desde la llegada de los Borbones al poder, cuyo poder se trasladará en el S.XVIII a España, con el famoso Decreto de Nueva Planta, por citar algún ejemplo. También en otros países como en Inglaterra con la dinastía Tudor, en Dinamarca-Noruega (lo nombro así porque algunos autores así lo hacen, ya que Noruega seguía teniendo una identidad más o menos reconocida dentro de la monarquía danesa)con Cristián IV o en Suecia con la nueva dinastía de los Vasa se producirá un fenómeno semejante. Este nuevo proceso de centralización pues, será clave según la opinión de estos especialistas. Añaden que el poder del jefe del estado está mucho mejor definido que en épocas anteriores, aunque persista la concepción patrimonialista de éste.

-No estatalistas: esta corriente se contrapone, según la cual el llamado estado moderno aún no se construirá sino hasta mucho más tarde, concretamente hasta los S.XVIII-XIX. Defienden que en realidad el poder del rey se asentaba claramente sobre cimientos de relaciones personales, de favor y de clientelismo. Recuérdese que estamos hablando del llamado sistema polisinodial o de multitud de consejos, órganos colegiados de 6, 8 o 10 personas en los que caía la labor asesora hacia el monarca, que no una labor ejecutiva o vinculante de ningún tipo. Aunque eso sí, podrían actuar como tribunales supremos. Además, los consejos de cada reino actúan cada uno casi como entes independientes. En su seno, por si fuera poco existían numerosas pugnas entre clanes o familias rivales con distintos intereses personales. Esto no era sino un reflejo más de la personalización del poder que se sigue dando en esta época (otro argumento más a favor de esta tendencia). Existían por otra parte dos tipos de consejos: territoriales (dedicados a cada territorio de cada reino, en la monarquía hispánica Castilla, Aragón, Indias, Italia, Flandes, y Portugal desde 1581) y temáticos (Estado, Inquisición, Guerra, Órdenes Militares, Hacienda… ).
Su función era consultiva (con deberes administrativos) y judiciales como se ha dicho, por lo que no existía una división de poderes (otro argumento a favor). Entre los Consejos y el rey, ejercerán de intermediarios los secretarios, cuya importancia será muy importante (como Antonio Pérez), ya que trasladaban (muchas veces de manera sesgada) las opiniones o decisiones de los Consejos al rey en persona. Este sistema polisinodial presenta por el contrario otro inconveniente, el de problemas de jurisdicción, ya que no estaba muy bien limitado donde empezaba y donde acaban las limitaciones de ámbitos o competencias de cada consejo, pudiendo chocar pues, por citar algún ejemplo, Indias y Hacienda por un motivo de nuevos impuestos en Sevilla. Así pues, no pocas veces no se sabrá con exactitud quien debía ocuparse de algún tema en concreto.
Los no estatalistas pues, mantendrán que los consejos eran más bien autónomos. Debido a las ya citadas relaciones clientelares, se convertirán en espacios de sociabilidad muy importantes, donde unos y otros reciben favores o bienes a cambio del otro. De este modo se produce una clara matización de la autoridad real, que por su parte, necesita siempre de una negociación con la nobleza o las ciudades para imponer su poder.



-Textos (Hª conceptual).

Las diferentes monarquías europeas de la Edad Moderna estarán imbuidas de un componente doctrinal muy fuerte. El rey recibe el poder directamente de Dios, y ante él es solamente ante quien deberá rendir cuentas cuando muera de su reinado, siendo rey como comúnmente se conoce “por la gracia de Dios”. Por otra parte, no desaparecerá en muchos lugares la idea de que el rey ha de respetar la ley, debiendo de ser justo. De lo contrario, el rey pasa a ser tirano, y los súbditos pueden perfectamente forzarle a que abandone el trono o al tiranicidio. Por citar algunos ejemplos, podríamos mencionar las exigencias comuneras de 1520-1521 y su reconocimiento a Juana la Loca como reina en lugar de a Carlos, la revuelta en Dinamarca en 1523 contra Cristián II (último rey de la Unión de Kalmar, apodado precisamente Cristián el Tirano) o la ejecución de Carlos I de Inglaterra en 1649 tras sus once años de tiranía (1629-1640) y la posterior revolución.



-Propaganda y legitimación de las monarquías (nueva Hª cultural).

En numerosas ocasiones, se presentaba el poder del monarca a través de la recepción en sus súbditos mediante mensajes, así como su ideología (por llamarlo de alguna manera). Esta ideología se plasmará de manera oficial en la correspondiente simbología oficial, como pudiesen ser las monedas y las imágenes que aparecen que ellas, monumentos de diversa índole como El Escorial, crónicas de diversa índole, diversas manifestaciones artísticas etc. Las grandes monarquías europeas de la época hicieron un gran esfuerzo en este campo, entre otras cosas intentado ensalzar la figura del rey, y enlazándolo con la religión como antes ya se mencionó en el anterior punto. Además, esta simbología, esta propaganda serviría para asentar el poder del rey entre el pueblo llano, el cual al no existir medios de comunicación ni nada por el estilo, identificaba, por poner un ejemplo, a ese hombre que aparecía en sus monedas como su soberano, cimentándose así desde la base el poder del rey.




LA CIENCIA MODERNA: LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA.




INTRODUCCIÓN.



En los siglos XVI y XVII tendrá lugar un cambio sustancial dentro de las bases del mundo del conocimiento y del saber en Europa. Se trata de un proceso mediante el que la ciencia inicia un imparable despegue debido a causas de diversa índole (económicas, sociales, políticas, religiosas…) que sería muy largo tratar aquí y que sentarán las bases de la expansión económica de la época así como de la futura Revolución Industrial.
La Revolución Científica partirá desde dos puertos diferentes pero interconectados entre sí: el desarrollo de los conocimientos teóricos (como la teoría de la gravedad) así como de los avances técnicos (la máquina de vapor, los altos hornos…). Esta revolución hunde sus raíces en la Edad Media, donde el conocimiento era un mundo más bien cerrado, muy influenciado por la teología, los autores clásicos o por el tomismo entre otros. En la Edad Moderna, la experimentación y los nuevos métodos científicos irán ganando peso poco a poco. Aparecerán pues nuevas teorías como el heliocentrismo, la gravedad… así como avances en todas las ciencias como en la física, la botánica, la medicina, la química. Y dentro de los avances técnicos habría que citar entre otros los acaecidos en la industria textil, la militar, en la navegación, en la arquitectura etc. Hablar de ciencia moderna es hablar de nombres tan prestigiosos como Copérnico, Galileo, Kepler, Stuart Mill, Leibniz, Newton, Brahe, Servet y un largo etcétera, muchos de los cuales, y ya todos conocemos muchos nombre, hubieron de enfrentarse no sólo a la ignorancia y al desconocimiento acerca de algunas materias, sino también, como genios y precursores, a elementos de la época aún férreamente anclados al pasado, tal fue el famoso caso de Galileo. Y eso es algo que engrandece su labor. Ni tampoco deberíamos olvidarnos del papel vital jugado por la imprenta, inventada en el siglo XV por Johannes Guttemberg. Esto permitió la difusión de conocimientos por todo el continente europeo, lo cual repercutió sobremanera en el desarrollo de la ciencia y la técnica en la Edad Moderna.



BASES DE LA CIENCIA MODERNA



-Herencia medieval

Cuando nos disponemos a hablar de Revolución Científica no se puede hablar, por otra parte d ruptura con la precedente época medieval, ya que los precedentes ya estaban sentados por ejemplo desde el siglo XIV y el Renacimiento italiano, siendo también el siglo XV una centuria de gran desarrollo científico-técnico, como lo puede demostrar la invención de la imprenta, las teorías heliocentristas de Copérnico o las mejoras sustanciales en el uso de la pólvora que mostraron los turcos en su expansión. Y además, desde el XIV ya había pensadores que estarían iniciando una época de tránsito hacia la época moderna, como Roger Bacon, Juan Buridán o Guillermo de Ockham, los cuales en su obra y pensamiento se fueron apartando poco del clásico tomismo medieval y otras fuentes de conocimiento, apostando por un incipiente método científico que se fuese apartando poco a poco del dogma.
Bacon defenderá de algún modo la independencia de la ciencia con respecto de las influencias aún presentes en su época de Aristóteles, construyendo un nuevo método basado en la razón y en la experiencia, dejando a un lado, como se ha dicho, la cuestión de la fe. Propuso centrar menos atención en los textos escolásticos y estudiar más según métodos experimentales, como demostraría en sus investigaciones en campos como la alquimia o la astrología. Es muy destacable su famosa frase de que las matemáticas son “la puerta y llave de toda ciencia”.
El también inglés Guillermo de Ockham, pionero del nominalismo y considerado por algunos el padre de la epistemología, realizó con su teorías (y su famosa navaja) una primera apertura al empirismo (que luego servirá a los futuros empiristas ingleses del XVII como Hobbes y Locke), señalando que el conocimiento se capta a través de los sentidos, no por la fe. Trabajó en campos tan diversos como el derecho o la lógica.
Juan Buridán, por su parte, en la primera mitad del siglo XIV se dedicó al estudio de la física formuló su “Teoría del Impetú”, por la que rebatía muchas de las teorías formuladas en su día por Aristóteles en este campo, aunque posteriormente intentó conciliar sus teorías con las del gran sabio griego.

-Descubrimientos geográficos

El siglo XVI es el siglo de los descubrimientos y las exploraciones geográficas por antonomasia. Poco a poco, los protagonistas de estos se van alejando de la tradicional cartografía de Ptolomeo. Surgen nuevas escuelas cartográficas como la famosa de Mallorca de la Baja Edad Media. A la vez, por influencia y contactos con el Islam y con Oriente, llegan nuevos instrumentos, como la brújula, instrumentos de medición etc. También se mejoran las técnicas de navegación, abandonando la tradicional navegación de cabotaje y adentrándose en las profundidades de grandes mares, muchos de ellos hasta ahora no explorados. Esto se debe también a grandes escuelas de navegación, como la del portugués Enrique el Navegante y su escuela de Sagres del S. XV y o la labor realizada en la Casa de Contratación de Sevilla.
Y por supuesto, habremos de hacer mención a los descubrimientos geográficos y a los grandes marineros de la época, que ofrecerían una imagen del mundo mucho más amplia y real de lo que era hasta entonces, llegando hasta confines hasta entonces inimaginables. Pero como casi todo, esta época de descubrimientos hunde sus ráices en la época bajomedieval, donde ya se habían realizado expediciones con la de Ibn Battuta, la llegada a las Canarias o las Azores por parte de portugueses y también de castellanos o genoveses.
Ya en época moderna, habremos de abreviar bastante, destacarán los viajes de los portugueses por todo el litoral africano, doblando Bartolomé Dias el Cabo de Buena Esperanza en 1488 y llegando Vasco de Gama en 1498 a la India. Incluso serían capaces de llegar al lejano Japón en el siglo XVI, estableciendo factorías desde Ceuta hasta la India.
Los castellanos se dedicaron a la exploración del Atlántico, cerradas las puertas a Asia por los turcos en el camino Mediterráneo y por los portugueses por la vía africana. En 1492, Colón llega a América (con su enorme repercusión durante el siguiente siglo), en 1513 Núñez de Balboa llega al Pacífico y entre 1519 y 1522, la expedición de Magallanes-Elcano es capaz de dar por completo la primera vuelta al mundo. Para hacernos una idea de la tremenda labor de expedición y de los viajes de los marinos castellanos, en 1576 Juan Jufré y Juan Fernández llegaron a alcanzar la actual isla norte de Nueva Zelanda.
Pero aunque España y Portugal fueron las evidentes protagonistas de estas expediciones, también otros países mandaron a sus marinos a la aventuras. Tal es el caso del inglés John Cabbot en 1497 y su llegada a Canadá, la del francés Cartier a las Indias Occidentales, los viajes interoceánicos de los holandeses o incluso, como anécdota, el primer poblamiento en el siglo XVII de Delaware (EEUU) por colonos bajo bandera de la lejana Suecia, aunque aparte de suecos también marcharon alemanes, estonios, fineses, noruegos o daneses. Para el siglo XVIII quedarían ya las investigaciones científcas, como la de Humboldt en Sudamérica, pero ese sería ya otro tema a tratar, que no entraría aun en este presente cuatrimestre…

-Nuevas Instituciones Científicas

Se caracteriza también la Edad Moderna por la creación de nuevas universidades en toda Europa. Tendrán una gran papel en lo político, ya que servirán de escuela para muchísimos hombre que luego ocuparían cargos en las instituciones de cada país, como oficiales, letrados, consejeros, secretarios…Aquí en España se crean las de Barcelona en 1450, santiago en 1495 o Alcalá de Henares por el Cardenal Cisneros en 1499, la cual es para muchos el precedente de nuestra actual Universidad Complutense de Madrid. En Europa se crearían también nuevas universidades, como las de Glasgow, Copenhague o Múnich. Sin embargo, al igual que podría suceder en otros países europeos, la universidad española abogaba más por la enseñanza (especialmente de carreras que hoy catalogaríamos como de humanidades) más que por la investigación científica. Aún así, el profesorado experimenta una notable mejora en su preparación así como en sus métodos didácticos.
La ya citada falta de investigación en el mundo universitario (o por lo menos en fechas tempranas y en la mayoría de las universidades) se compensó con la labor de mecenazgo de numerosos aristócratas (los famosos Médici) o monarcas (Francisco I) y con la creación de las primeras sociedades cinéticas, como la del Licei en Roma en 1603, la Academia Francesa de 1635 o la inglesa Royal Society de 1660. Estas sociedades se trataban de asociaciones de eruditos y estudiosos de una respectiva ciencia donde reunían y exponían sus trabajos, los discutían, los aprobaban… Tenían financiación estatal en muchos casos y agrupaban muchas y diversas ramas del saber, tales como la física, las matemáticas, o la botánica.
Y a partir del siglo XVIII, gracias a las mejoras técnicas experimentadas por la imprenta, tiene lugar el nacimiento de la llamada prensa escrita, de vital importancia a la hora de difundir los acontecimientos políticos de la época o los descubrimientos científicos. Sin embargo, sería de justicia señalar, que los primeros “periódicos” datan del siglo anterior, como así lo podría atestiguar el que todavía hoy sigue siendo el diario más antiguo del mundo, el Post-och Inrikes Tidningar, impreso en Suecia y que data de nada menos que de 1645.
Y por último, relacionado con el anterior tema de las exploraciones y descubrimientos, habría que citar la tremenda mejora llevada a cabo en el campo de la cartografía y de la geografía, que acabaría por desechar la cosmovisión tradicional de Ptolomeo. Como hemos dicho, se ampliaron horizontes y se abrieron numerosas puertas que hasta entonces ni siquiera se pensaba que existieran. Se crearán también, nuevas instituciones y sociedades dedicadas a estos estudios que tenían una importancia vital también en campos estratégico-militares. Para dejar una señal de los avances en esta materia, durante la época de Carlos V se llegaron a elaborar mapas con un error de tan sólo 5-6 metros, algo que no se lograría mejorar sino hasta el siglo XIX.

-Fundamentos filosóficos

También en el campo de la filosofía se dedican numerosos esfuerzos para su estudio, surgiendo una gran cantidad de nuevas tendencias que tendrán como objeto de estudio al poder político (Maquiavelo, Bodin, Motangnes, Hobbes.. ) y también las aportaciones de la filosofía moderna al campo de la investigación y la técnica.
Destacarán nuevos autores como el calabrés Tommasso Campanella (1568-1639) cuya principal aportación, entre otras muchas, será el de la “duda metódica”. Cree, como Roger Bacon, en la llegada al conocimiento por medio del estudio y la racionalización de la naturaleza. Sus teorías luego serían tomadas por Descartes o Kany
Con Francis Bacon (1561-1626), llega la idea de que la ciencia otorga poder y dominio al hombre sobre la naturaleza, lo cual le permitirá mejorar sus condiciones de vida. Con él, aparecerá la famosa escuela empirista contrapuesta a la racionalista de Descarte, y algunos de sus seguidores serán Hume o Hobbes. Deducirá que el conocimiento es ante todo, fruto de la de la observación y la experiencia. Se propuso, y fue uno de sus mayores logros, el desarrollo del método científico.
René Descartes (1596-1650) propuso que la llegada al conocimiento tenía lugar a través primero de la duda metódica, de la que se habría de pasar a un proceso de estudio racional de las cosas, y sería precisamente a través de la razón de donde procedería el conocimiento, en contraposición a la escuela empirista ya citada. Famosos seguidores de este francés serían Spinoza, Locke, Kant, Leibniz… pero no sólo se dedicó a la filosofía dentro del mundo del saber, sino que también se interesó por el conocimiento de otras materias como las matemáticas, la óptica o la física. Fue un personaje muy famoso en la época, viajando por numerosos países en busca de conocimiento, y prueba de su fama, es que la reina Cristina de Suecia le llamó para que la instruyese en la Corte sueca en 1649. Sería precisamente allí, en Estocolmo, un año más tarde, donde acabaría falleciendo a causa de una neumonía.
Como hemos podido ir observando, a lo largo de la Edad Moderna, con sus precedentes bajomedievales, la filosofía iría inspirando la creación del método científico, con una separación entre la fe y la ciencia, que sería clave a la hora de llegar al conocimiento de las cosas que al hombre le rodean y su posterior dominio, bien sea por la experiencia y sentidos (empirismo) o la razón (racionalismo). Con el prusiano Inmanuel Kant en el siglo XVIII esta separación se establecería de manera casi definitiva, y el ritmo de ampliación del conocimiento se aceleraría aún más. Se abriría una nueva época en el siglo XVIII: la Ilustración.

Juan Antonio Parejo Delgado

1 comentario:

  1. Muy buena entrada. Sólo faltaría citar las fuentes de información suplementarias que se han utilizado.
    Atentamente,

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