Nace en el palacio de Hampton Court en 1537; hijo de Enrique VIII y Juana Seymour, tercera esposa del rey. Tercer monarca de la dinastía Tudor. Llega al poder con 10 años en 1547, muerto su padre.
Regencia del Duque de Somerset:
Al ser tan pequeño, Enrique VII había nombrado a 16 tutores regentes, entre los que destaca Eduardo Seymour, su tío materno, conde de Hertford, Protector y Duque de Somerset. Relega a Eduardo a un papel protocolario. Mantiene posturas teológicas “avanzadas”, con el apoyo de Thomas Cranmer, el arzobispo de Canterbury. Ambos usan sus ciudades como centros teológicos para no armar revuelo. Las principales medidas religiosas tomadas en esta época son:
Prohibir el culto a imágenes.
Prohibir las capillas urbanas.
La Corte anglicana se lleva parte de los bienes confiscados. En 1549 Somerset publica un primer libro de oraciones inclinado al luteranismo, pero aceptando la misa y el uso del latín, griego y hebreo en las iglesias de las universidades de Oxford y Cambridge.
En cuanto a política interna y externa, con el pretexto del quebrantamiento del acuerdo de matrimonio entre Eduardo y María I de Escocia, que contrae matrimonio con el delfín Francisco (futuro Francisco II de Francia), las tropas inglesas entran en Escocia y vencen a las escocesas en Pinkie en septiembre de 1547.
Ante estos hechos, Francia declara la guerra a Inglaterra, después de que su hermano Thomas liderara una conspiración para derrocarlo por la que es ejecutado en marzo de 1549. La popularidad de Somerset baja, aún más tras intentar fallidamente prohibir los enclosures, encontrándose con la oposición de los terratenientes y una revuelta campesina como respuesta a éstos. Cae ese mismo año ante su rival y sucesor John Dudley, conde de Warwick y posteriormente duque de Northumberland, quien aprovecha bien la situación, y con el asentimiento de Cranmer.
Regencia de Lord Warwick:
En 1550 es obispo de Londres Ridley, protestante contrario a la misa papal. Tras ser nombrado duque, Dudley inicia una campaña de descrédito sobre Somerset, acusándolo de querer destruir Londres e intentar derrocar al rey. En 1551 es juzgado y condenado a muerte, pena que cumple en 1552. Ese año Cranmer publica un segundo libro de oraciones, donde desecha los temas de la muerte o eucaristía para los enfermos, que producirán enfrentamientos dialécticos en el futuro. Por esta época inicia un desmantelamiento del repertorio católico de las iglesias romanas, y una persecución y quema en la hoguera de todo disiente religioso, católico o no.
En 1553 Eduardo VI, en su lecho de muerte, no quiere que su hermana María Tudor gobierne, al ser claramente católica. Se fija en Frances Brandon, prima, a lo que Warwirck se niega. Éste logra que Brandon renuncie a favor de su hija Juana Grey, a quien intenta y logra casar con uno de sus hijos. El rey muere el 6 de julio de 1553, siendo sustituido cuatro días después por Juana Grey, a su vez sustituida por María Tudor el 19 de julio, tras nueve días de reinado.
Juan Antonio:Se encargo de la realización de la exposión en clase describiendo cuales van a ser las pautas de nuestro trabajo dividiendo nuestro trabajo en reinados (Enrique VI(1487-1509),Enrique VII(1509-1547), Eduardo VI (1547-1553y Maria I(1553-1558).
También hizo el siguiente resumen sobre un articulo de una revista sobre Maria Tudor y su mtrimonio con Felipe de Hasburgo:
EL MATRIMONIO DE FELIPE DE HABSBURGO Y MARÍA TUDOR
Uno de las iniciativas que llevaron a cabo tanto los Reyes Católicos como sus descendientes en materia de política exterior (y que con más éxito lograron) fue casar a sus hijos e hijas con príncipes de otras casas reales, desde la vecina Portugal a la lejana Dinamarca. Inglaterra en este caso, no fue una excepción, como con Catalina de Aragón, que se casó con el primogénito de Enrique VII de Inglaterra, Arturo de Gales, y tras la muerte de este, con Enrique VIII.
De este fallido matrimonio, nació en 1516 una niña que se llamó María. Tras convulsos y enrevesados acontecimientos que no resulta menester tratar aquí, a la muerte de su hermanastro Eduardo VI y tras derrotar a su rival Jane Grey, en 1553 sube al trono de Inglaterra como María I. Este hecho no pasó desapercibido para el emperador Carlos, quien concibió a Inglaterra como un perfecto aliado en sus guerras contra Francia. Con España al sur, el Imperio al este, y Flandes e Inglaterra al norte, la situación para Francia sería delicada. Así pues, propuso a su hijo Felipe como esposo de María, siendo ésta once años más mayor.
No fue poca la oposición a la boda suscitada en el reino, ya que se quería evitar a toda costa evitar ver involucrada a Inglaterra en las guerras de Carlos por toda Europa. El contrato entre los futuros esposos se firma en 1554, por el que Felipe se comprometía a respetar las leyes y derechos de los ingleses y a no hacer participar a Inglaterra en un conflicto bélico del emperador Carlos, aunque, evidentemente, en secreto albergaba otros pensamientos muy distintos…
Por su parte, la preocupación de Enrique II de Francia ante esta unión matrimonial iba en aumento, y financió alguna conspiración, aunque la única que tomó cuerpo fue la de Sir Thomas Wyatt, que fracasó en su intento de marchar sobre Londres, siendo ejecutado. De esta manera, en abril de 1554, con el consentimiento del Parlamento inglés, se aprueba la boda entre María y Felipe.
Antes de casarse, la reina contempló un cuadro de su futuro esposo de Tiziano, pareciéndole Felipe un joven hermoso y elegante. No opinó lo mismo Felipe, al ver otro retrato de María, la cual a sus 38 no era precisamente un ejemplo de belleza: bajita, sin cejas, sin apenas dientes, con arrugas, con la voz áspera y con un aspecto algo enfermizo. De hecho, Felipe declaró que admiraba su dignidad, pero no “sentía ningún tipo de deseo carnal con ella”. Así pues, el efecto que produjo María en el príncipe Felipe no fue precisamente muy positivo…
Retrato de María Tudor realizado por Antonio Moro, 1554
El 13 de julio de ese mismo año, Felipe llega enfermo a Southampton. Pronto se recuperará, y marchará con un grande y fastuoso séquito, además de unos 6000 soldados que lucharían contra Francia. Felipe, a los pocos días sería coronado como rey de Nápoles y duque de Milán, para que estuviese en igualdad de condiciones con María. La boda se celebrará algo después, en la catedral de Winchester (Felipe no era muy bien recibido en Londres). Desde un principio, Felipe persuadió a María e intentó conseguir atribuciones y soldados, algo a lo que el Parlamento se negó en redondo. Sin embargo, Felipe se esforzó por seguir las costumbres inglesas de la época, como por ejemplo, beber cerveza. Entre abril de 1554 y agosto de 1555 el matrimonio vivirá de momento en relativa paz, pero con un objetivo en mente: conseguir un heredero. A los tres meses, María vio como su vientre se abultaba, pero resultó ser una falsa alarma. Muy probablemente se trató de un caso de hidropesía. Además de la inexistente pasión que sentía Felipe por su esposa, se añadía el hecho de que pasaba el tiempo con alguna dama de acompañamiento de la reina en secreto… Pese a ello, y también pese a sus objetivos, Felipe intentó mostrarse amable con los ingleses, intercediendo a favor de algunos nobles para que María les perdonara la vida, como en el caso, sin ir más lejos, de la hermanastra de María: Isabel. Hay que recordar que la represión contra el protestantismo de la reina se cobró la cifra de 273 víctimas (de ahí el sobrenombre de “María la Sangrienta”, o Bloody Mary”.
Felipe por su parte, parecía que poco a poco iba logrando sus objetivos, ya que María incluso consiguió que gran parte de la nobleza inglesa aceptase de nuevo el catolicismo, vanagloriándose de ello Felipe en alguna misiva a su padre Carlos. Pero su relación con María no mejoraba, y el 29 de agosto de 1555 se separó de ella ya que tenía que partir a Bruselas para luchar contra Francia. Aunque Felipe le prometió una y otra vez que regresaría, María se sumió en una oscura depresión, escribiendo encendidas cartas de amor casi a diario a su joven esposo. Cartas que solo eran respondidas por Felipe de manera circunstancial y más bien fría.
Necesitado de ayuda militar y económica, regresa a Inglaterra en marzo de 1556. María se reencuentra emocionada con él en Greenwhich, a orillas del Támesis. Sin embargo, lejos de atender a su esposa, su objetivo era claro: pedir ayuda contra Francia. Sin embargo, ya que la reina no quería inquietar al país, no convocó al Parlamento, sino que accedió a vender bienes de la corona para aportarle importantes cantidades de dinero. Sin embargo, un noble protestante llamado Thomas Stafford, involuntariamente le hizo un favor a Felipe, ya que con ayuda francesa tomó un castillo en Scarborough, proclamándose además, Lord Protector del Reino de Inglaterra. Al conocerse este apoyo encubierto por parte de Francia, el Parlamento inglés concederá a Felipe 8000 soldados y 70000 florines. En julio de 1557, partirá definitivamente de Dover, donde se despediría definitivamente de María, aunque ella albergase esperanzas de volver a verle.
Felipe y María, óleo de Lucas de Heere, 1572
Pero lo peor estaba por llegar para la reina María. A su profunda depresión, se añadió en enero de 1558 la pérdida de la última posesión de Inglaterra en la Europa continental: Calais. Esto conmocionó a la sociedad inglesa, que consideraba este enclave la prueba de la supremacía de Inglaterra sobre Francia. Su estado de ánimo decayó aún más si cabe tras este hecho, al igual que su frágil salud, que empeoraba por momentos. Desconsolada y profundamente enferma acabará por fallecer el 17 de noviembre de 1558 mientras Felipe permanecía fuera de Inglaterra. Sería la última vez en la historia de Inglaterra en la que un monarca sería enterrado por el rito católico. Con su muerte, los poderes de Felipe en Inglaterra desaparecieron, así que retornaría a España. Poco después ascendería al trono Isabel, que emprendería la vuelta al protestantismo. La historia de las relaciones entre España e Inglaterra cambiaría para siempre: con Felipe e Isabel, de potenciales aliados pasarían a irreconciliables rivales, por lo menos de forma general en el tiempo hasta aproximadamente el siglo XIX y la Guerra de la Independencia.
Alberto:Se encargo esta semana de realizar una introdución a el reinado de Enrique VII presentandolo como pacificador de la sociedad (final guerra dos rosas) y explicando las consecuencia de la reforma de la iglesia.
La semana que viene sera el observador
Manuel:Realizo un resumen de la historia de Inglaterra de E.L. Wooldward, Alianza, Madrid 1996
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